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Jorge Javier recula: “Pedro Sánchez es un peligro para la democracia”

El presentador de Mediaset echa en cara al presidente del Gobierno los casos de corrupción que le afectan a él y su Gobierno, reniega del sanchismo y asegura que ha fracasado 

Jorge Javier Vázquez y el  Pedro Sánchez, en dciembre de 2023 en Madrid.

Jorge Javier Vázquez y el Pedro Sánchez, en dciembre de 2023 en Madrid.Europa Press

David Lozano
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Hay naufragios silenciosos, íntimos, que no hacen ruido en los platós pero sí duelen como una pérdida. Y el que esta semana ha protagonizado Jorge Javier Vázquez, aunque envuelto en palabras tibias, es uno de esos que dejan cicatriz. Porque cuando quien abandona el barco ha remado con pasión, el salto al agua es dramático, en este caso para los intereses e imagen del PSOE.

Y es que Jorge no ha sido un simpatizante más. No ha sido un votante de sofá. Ha sido, en tiempos no tan lejanos, rostro visible y emocionado de la campaña socialista en Madrid, acompañando públicamente a Ángel Gabilondo y prestando su voz —y su carisma— a Pedro Sánchez. Incluso presentó su libro, Tierra Firme, como quien respalda algo más que una obra: una promesa.

Hoy, sin embargo, es el propio Jorge quien siente que le han arrebatado esa promesa sin pedirle disculpas. Que lo han dejado solo en el naufragio moral de una izquierda que, a su juicio, ha perdido el rumbo y la vergüenza.

Así arranca el texto publicado esta semana en su blog de la revista Lecturas. Una frase tan cotidiana como demoledora. “Koldo, Ábalos, Cerdán… ando como vaca sin cencerro”, escribe. Y no es una metáfora menor: el desconcierto de quien creyó con fe, y ahora se queda sin referencias, sin norte, sin dignos a los que mirar.

Recuerda incluso con cierto rubor el día que se encontró con Ábalos en Mediaset y le confesó que era fan suyo. “Yo me lo creí”, viene a decir. Se tragó el relato del PSOE regenerador. Y ahora, tras la explosión judicial que ha sacudido a la cúpula del partido, no es capaz ni de ver la televisión sin sentir una mezcla de pena, rabia e incomprensión.

Jorge Javier se sincera como pocas veces. Dice que se informa solo por periódicos. Que lee un artículo, y luego otro, pero con pausas de por medio. Porque le duele. Porque le pesa. Porque no es solo corrupción: es decepción. Es traición.

El militante herido que deja de militar

Pedro Sánchez llegó al Gobierno prometiendo regeneración y ha fallado estrepitosamente”, sentencia sin anestesia. Y la frase resuena no como el ataque de un enemigo, sino como el lamento de quien quiso creer hasta el final. Jorge no disimula. No maquilla. No justifica.

Ya no hay matices, ni esperanzas, ni discursos vacíos. “Es muy difícil salir de un descalabro de esta categoría”, reflexiona, apuntando a una crisis política, institucional y moral que, según él, puede no tener ya salida. Como si el PSOE, con esta tormenta, hubiese dinamitado incluso su propia narrativa de superioridad ética frente a la derecha.

Y ahí, justo ahí, está el otro miedo de Jorge: que el mensaje del “todos son iguales” se haga carne entre la gente. Que el hastío venza a la conciencia. Que gane la desafección. “Es un mensaje nefasto para la democracia”, escribe. Y lo dice como quien mira el precipicio desde muy cerca.

De la esperanza al rechazo

Su decepción no es con la política: es con una parte de ella que él abrazó como propia. El PSOE ya no es su casa. Pedro Sánchez ya no es su referente. Ni siquiera su libro —ese que presentó con afecto sincero— parece hoy sostenerse en la estantería emocional de Jorge Javier.

No hay insultos, ni descalificaciones baratas. Lo que hay es un silencio sonoro. Un militante de izquierdas que baja la bandera, sin aplausos ni lágrimas, pero con la dignidad de quien no quiere mentirse más.

Quizá en ese gesto esté su victoria: no seguir el juego de la resignación, ni de la complicidad pasiva. Jorge Javier se baja del barco socialista.

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