Dos años después: vuelve el escándalo de las cenizas de Carmen Sevilla
La querida e icónica actriz española cumple este 27 de junio el segundo aniversario de su fallecimiento. Todo lo ocurrido tras su óbito ha estado marcado por la polémica… y ahora el olvido

Carmen Sevilla, en una de sus últimas imágenes
Han pasado casi dos años desde que Carmen Sevilla —actriz, presentadora, figura icónica del cine y la televisión española— nos dejó. Y sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha desvelado el destino final de sus cenizas, en un gesto tardío que ha dejado mal sabor de boca a muchos de sus admiradores. La imagen dulce y luminosa de Carmen contrasta hoy con el opaco silencio que ha envuelto sus restos durante 24 meses. Un vacío difícil de justificar.
Fue su sobrino Paco quien, en declaraciones exclusivas a la revista Semana, ha roto por fin ese hermetismo familiar. Y lo ha hecho con una frase que, por sencilla, duele:
“Sus cenizas se encuentran en el panteón familiar en Sevilla. Descansa allí con sus padres y su hermano Antonio”.
Palabras que ponen fin a uno de los enigmas más bochornosos de los últimos tiempos: ¿cómo es posible que los restos de una de las artistas más queridas del país hayan estado desaparecidos durante casi dos años?
Una ausencia que no merecía silencio
El próximo 27 de junio se cumplirán dos años del fallecimiento de Carmen Sevilla. En ese tiempo, la familia guardó un silencio sepulcral sobre el paradero de sus cenizas, alimentando la incógnita. Y lo más desconcertante es que durante más de 100 días, las cenizas de Carmen permanecieron en un tanatorio, sin traslado alguno. Una espera que no encaja con el cariño público que siempre recibió, ni con la dignidad que merecía.
Fue el pasado 30 de mayo, coincidiendo con la entrega a título póstumo de la Medalla de Sevilla, cuando tuvo lugar un acto íntimo. “Fuimos un grupo muy pequeño al cementerio”, relató Paco: su hijo Augusto, sus nietos, su mujer y él. Luego, una comida en Triana. Discreción, sí. Pero también una ausencia pública que sigue generando preguntas sin respuesta.
Desde entonces, Augusto Algueró —el único hijo de Carmen Sevilla— no ha vuelto a Sevilla. La relación con el resto de la familia se mantiene, dicen, por teléfono. Pero queda en el aire si habrá algún homenaje este 27 de junio o si se dejará pasar, una vez más, la oportunidad de honrar como se merece a una de las grandes embajadoras culturales de la ciudad.
La calle que no llega y el recuerdo que se enfría
La actriz nunca rompió su vínculo con Sevilla. Ni siquiera en los años en los que su salud ya estaba comprometida. Se había comprado un piso en el centro, “muy coqueto”, donde decía querer pasar sus últimos días. No pudo ser. Ni siquiera su voluntad póstuma ha sido atendida con la premura o el afecto que cabría esperar.
A las puertas del segundo aniversario de su fallecimiento, la ciudad aún le debe una calle con su nombre, promesa hecha por el alcalde al día siguiente de su muerte. Se le concedió la Medalla de Sevilla, sí. Pero la calle sigue sin placa, y el título de Hija Predilecta, sin firma.
Una artista de su talla merecía algo más que gestos tardíos y homenajes en voz baja. Que las cenizas de Carmen Sevilla hayan estado “perdidas” durante tanto tiempo no solo duele. Avergüenza.