ricas y (casi) famosas
Eugenia Martínez de Irujo, andanzas de la única 'niña' de la duquesa de Alba
La duquesa de Montoro se convirtió en una de las mujeres más seguidas por la prensa del corazón tras su matrimonio con el torero Francisco Rivera Ordóñez. Hoy está casada con Narcís Rebollo y vive un cierto alejamiento de la prensa.

Eugenia Martínez de Irujo.
El 26 de noviembre de 1968 la duquesa de Alba cumplió su sueño de ser madre de una hija después de cinco hijos varones. Había resguardado su nombre, y el de su antepasada pintada por Goya, para su hija, pero el nacimiento de su quinto hijo en 1963 le hizo pensar que no volvería a ser madre y por eso le bautizó como Cayetano. Cinco años después volvió a ser madre y nació la esperada niña. Decidió llamarla como otra antepasada de campanillas, Eugenia de Montijo, la emperatriz de los franceses. De hecho, años después Eugenia Martínez de Irujo se casaría luciendo la tiara imperial de su antepasada.
Desde su nacimiento, la duquesa de Montoro, ha ocupado las portas de la prensa del corazón. Con sólo cuatro años vivió la muerte de su padre, Luis Martínez de Irujo, y en su infancia vivió como un trauma el nuevo matrimonio de su madre con el excura jesuita Jesús Aguirre. Una relación complicada de la que ha hablando con más libertad en la adultez. Durante la adolescencia, Eugenia decidió no estudiar y vivió una relación muy tensa con el segundo marido de su madre.

Eugenia Martínez de Irujo en un acto promocional
Su puesta de largo en 1987 fue portada de ¡Hola! y desde entonces cada relación, noviazgo o simple flirteo se convirtió en noticia. Claro que, su verdadero salto a convertirse en estrella de las portadas fue cuando se supo de su relación con el torero Francisco Rivera Ordóñez. En la relación de la duques y diestro muchos vieron un trasunto de lo que fue la historia de amor de su madre con Pepe Martín-Vázquez en los años 40.
Casi una boda de Estado
Fran y Eugenia se casaron en octubre de 1998 en la catedral de Sevilla. Era la unión de dos familias especialmente queridas. Ella de los Alba, la principal casta nobiliaria de España, y él hijo, nieto y bisnieto de toreros. Por ello, la boda se retransmitió por televisión y acudió todo el que era alguien en el mundo del toreo, la cultura, la sociedad o la empresa. Allí estuvieron la infanta Elena y Jaime de Marichalar en representación de la Casa del Rey. También parejas populares como Rocío Jurado y Ortega Cano, Belén Esteban y Jesulín de Ubrique o Enrique Ponce y Paloma Cuevas. Eso sí, los invitados que más comentarios despertaron fueron Kiko Rivera, el hermanastro del novio, que escenificaba así el acercamiento entre ellos tras años de guerras entre sus madres: Isabel Pantoja y Carmina Ordóñez que ejercía de madrina de la boda; y Mar Flores, novia del padrino y hermano de la novia Cayetano Martínez de Irujo que fue impuesta por este para disgusto de la duquesa de Alba.

Chismógrafo
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David González
Tras el nacimiento de una hija en común, Tana en 1999, el matrimonio se rompió en 2002. Durante años la duquesa de Alba soñó con la reconciliación de la pareja, pero lo cierto es que cada uno había tomado caminos propios y Eugenia vivió varias relaciones sentimentales. Vivó romances con Rosauro Varo, Colate Vallejo-Nájera o Gonzalo Miró. Esta última historia fue una de las más largas de la hija de Cayetana. Muchos creyeron que iba a acabar en boda, pero no fue así y rompieron para sorpresa de muchos.
Hoy comparte su vida con Narcís Rebollo, presidente de Universal Music en España. Con él reincidiría en el matrimonio. Eso sí, una boda muy distinta a su enlace con Fran Rivera que casi fue una boda de Estado. Su unión con Rebollo se selló en una ceremonia en Las Vegas. Ella vestida de Marilyn y él de Elvis. Su historia de amor parece consolidada y desde entonces el protagonismo de Eugenia se ha difuminado en la prensa del corazón salvo muy escogidas apariciones.