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Helena Revoredo: La discreta guardiana del imperio Prosegur
Su trayectoria combina discreción, influencia y polémicas laborales, mientras planifica la sucesión con sus hijos Christian y Chantal en roles clave. Cazadora y melómana, mantiene un perfil reservado, priorizando la privacidad y el control de su castillo y su empresa.

(Helena Revoredo recibiendo un premio.
Prosegur, líder mundial en servicios de seguridad, celebró en 2024 su primer medio siglo de vida con una facturación de 4.000 millones de euros, 150.000 empleados y presencia en más de 30 países. Fundada en 1976 por Heriberto Gut, un argentino que llegó a España con su esposa, Helena Revoredo, la empresa se ha consolidado como la principal firma de seguridad privada en España y la tercera a nivel global. Sin embargo, su deuda de 1.200 millones de euros preocupa a algunos analistas bursátiles, que también destacan la depreciación de 80 millones de euros en su participación en Telefónica, derivada de la alianza para crear Movistar Prosegur en solo cuatro años.
Heriberto Gut, respaldado inicialmente por la familia Juncadella, impulsó Prosegur, la llevó a Bolsa en 1987 y asumió su control total en 1995 tras adquirir las acciones de sus socios. Trágicamente, Gut falleció en 1997 en un accidente de tráfico en Buitrago de Lozoya (Madrid) dejando a Helena Revoredo, entonces viuda con cuatro hijos, al frente de la compañía.
Hija del empresario metalúrgico Juan Federico Revoredo Johnson, Helena, formada en administración de empresas en la Universidad Católica de Buenos Aires y en el IEE en España, y con dominio de cuatro idiomas (español, inglés, francés y alemán), asumió primero la vicepresidencia de Prosegur (1997-2004) y luego la presidencia. Con 78 años, Revoredo ha sabido aprovechar la creciente demanda de seguridad, real o percibida, consolidando un imperio con valor en Bolsa.
La figura de Revoredo
Revoredo, una figura discreta pero influyente, ha sido consejera de Telecinco, Movistar Plus y el desaparecido Banco Popular, donde su esposo era accionista, y también invirtió en Antena 3 en la época de Antonio Asensio. Su trayectoria combina una vida empresarial con pasiones personales: cazadora, melómana, señora de un castillo del siglo XIII en Torrefuerte (Cuenca) y propietaria de una finca en El Villar, cerca de Puertollano (Ciudad Real), donde en 2014 un trabajador murió en un accidente durante una cacería de jabalíes. Además, es vicepresidenta del patronato del Teatro Real y mantiene amistades con figuras influyentes como los Entrecanales, Abelló, Botín o March. Nunca ha hecho alarde de su riqueza ni ha concedido entrevistas, priorizando la privacidad familiar.
En 2024, Helena Revoredo lanzó una OPA amistosa para aumentar su control de Prosegur del 60% al 75%. La sucesión, un proceso complejo, está en marcha: su hijo Christian es consejero delegado, mientras que su hija Chantal es consejera ejecutiva, ambos con roles clave en Gubel, la patrimonial familiar. La discreción sigue siendo la guía de la familia, aunque en 2015, durante la boda de su hijo menor, Germán, en la finca El Mentidero de la Villa (Madrid), helicópteros vigilaban la seguridad de los invitados, una muestra sutil de poder. Prosegur, fiel a su política, no comparte datos personales de su presidenta, declarando: “Como política de empresa, no proporcionamos información personal sobre nuestro equipo directivo o la presidenta”.

Camión de Prosegur.
La alianza con Telefónica, iniciada hace cinco años con la venta del 50% de su negocio de alarmas a cambio de acciones valoradas en 305 millones de euros, ha generado una pérdida de 130 millones, reducida a 80 millones tras recibir 51 millones en dividendos. La joint venture, Movistar Prosegur, firmó recientemente un acuerdo con Línea Directa para ofrecer seguros, con posibilidad de futuras colaboraciones.
Sin embargo, Prosegur no ha estado exenta de polémicas. En 2014, UNI Global Union denunció a la empresa ante la OCDE por presuntas violaciones de derechos laborales, acusándola de prácticas antisindicales como discriminar a afiliados en salarios, negar contratos permanentes a activistas, debilitar la negociación colectiva y acosar a líderes sindicales en países como Brasil, Colombia, Paraguay y Perú. En 2022, la justicia obligó a Prosegur a readmitir a un vigilante y pagarle 10.000 euros por acoso laboral. Ante todo, la seguridad del castillo —y del imperio— sigue siendo la prioridad de Helena Revoredo.