Cuándo finalizó el amor entre Preysler y Vargas Llosa: tenemos fechas exactas

El amor llega y a veces se acaba. Puede ser de tanto usarlo o por otras razones. Esta segunda parece ser la motivación para que la reina de corazones haya puesto punto y final al amor de sus últimos 8 años, el Nobel Mario Vargas Llosa. El pasado 28 de diciembre, Isabel Preysler anunciaba en su revista de cabecera que la relación con Mario había finalizado y era irreversible. La razón: los celos que precipitaron los acontecimientos a mediados de ese mismo mes.

Pero la relación está rota desde hace un año. Fue en febrero de 2021 cuando saltaban los primeros rumores de que la pareja no atravesaba sus mejores momentos. Menos coincidencias en sus apariciones y viajes por separado.

A Mario Vargas Llosa le empiezan a ver por su domicilio del centro de Madrid con esquina Calle Mayor. En aquellos momento es la pareja quien directamente o su prensa afín quien desmiente la separación. Y de nuevo aparecen juntos. No era el momento de confirmar la ruptura. En junio de ese mismo año la revista Semana publica en su portada que la pareja formada por Preysler y Vargas Llosa vive separada. La frecuencia en la que se puede ver a Vargas Llosa por el centro de Madrid en su domicilio de la capital es sospechosa.

En aquel momento es Isabel quien también desmiente esta información. Tiempo después queda más que corroborada. Según ha podido conocer ESdiario, la relación se rompe unilateralmente por parte de Preysler. Y no es por celos.

La edad de Mario Vargas Llosa ¿determinante en la decisión de Isabel Preysler?

Mario Vargas Llosa cumple este año 87 años y empieza a tener los síntomas de la senectud. Vejez. Y la diferencial de preferencias, ilusiones y ganas del día a día son muy notables. Isabel Preysler quiere seguir viviendo como ha vivido y no atravesar la misma situación médica que vivió con su último marido Miguel Boyer. Fueron años de mucha dedicación a la enfermedad que sufrió el ministro socialista de Economía.

Aquí no hay razones de matrimonio. Ni Isabel se quería casar con Vargas Llosa ni viceversa. La realidad es algo más mundano. Los años de Mario lo han distanciado del amor. Es una persona que empieza a tener necesidades de cuidado especiales como cualquier persona que se acerca a los 90 años.