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Bigote Arrocet juega al despiste ante su mala relación con Terelu Campos
El humorista recurre a las risas para afrontar una de las polémicas más sonadas de los últimos tiempos: su supuesta mala relación con las hijas de Teresa Campos
No cabe duda de que Bigote Arrocet es el férreo bastón en el que se apoya María Teresa Campos.Y más en los convulsos momentos que afronta desde que, hace unos días, tuviera que ser ingresada de urgencia en un hospital de Málaga. Es, Edmundo, el amor maduro. El que le ha hecho volver a amar cuando su corazón parecía frío. Hierático. Impenetrable.
Sin embargo, su romance -que de momento no acabará en boda- parece no gustar a todo el mundo. Son muchos los que advierten que las hijas de la comunicadora están hartas de la absorción del humorista, de que apenas deje tiempo libre a su madre para dedicarse a sus asuntos privados. Unas informaciones que, durante un evento reciente, Arrocet quiso abordar con cierto forzamiento.
Y es que el humorista lanzó balones fuera ante las preguntas incómodas. Juega al despiste con una sonrisa que, lejos de ser categórica, escama y confunde. Desmiente entre dientes pero no es rotundo: "¿pero qué dices?" pronuncia escandalizado. Pero no hay negación absoluta ni explicación a las informaciones que señalan que lo suyo con las Camposhian es una relación cargada de tiras y aflojas.
Mientras tanto, Teresa mira hacia otro lado. Apenas quiere pronunciarse sobre las polémicas que le persiguen. Tampoco sobre esta. Este periódico ha intentado obtener una respuesta sobre la situación familiar pero ha sido, de nuevo, imposible la comunicación. Tampoco con Sonsoles, su mano derecha, quien conoce a la perfección los entresijos del romance.
