Los 13 mejores souvenirs gastronómicos de España
Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, repasamos algunos de los mejores recuerdos gastronómicos que podemos adquirir en nuestros viajes nacionales
Estos días ha sido noticia la polémica provocada por Ryanair al intentar cobrar 90€ a unos pasajeros por llevar 2 ensaimadas como equipaje de mano. Afortunadamente, la compañía aérea rectificaba poco después, y anunciaba su decisión de permitir subir a sus aviones con dos de estos dulces típicos, sin coste. Y es que los “souvenirs gastronómicos” son una de compras más habituales que hacemos en nuestras vacaciones (ya sea para llevarlos como regalos para nuestros amigos o familiares, o para disfrutarlos tranquilamente en nuestras casas). Repasamos los mejores, dependiendo de la zona del país que visitemos.
BALEARES: ENSAIMADAS, EMBUTIDOS Y SAL
Comenzamos con el objeto de la polémica: las ensaimadas. Si decides volver de tus vacaciones con este delicioso bollo bajo el brazo, asegúrate de que haya sido horneado en un obrador tradicional (la diferencia con los dulces industriales es abismal). La receta incluye harina, manteca de cerdo y, como relleno más típico, el cabello de ángel. Si eres más de “salado”, te recomendamos alguno de los maravillosos embutidos que se elaboran en las islas, como la famosa sobrasada, o el menos conocido “camaiot”. Para equipajes reducidos, o si el trayecto es muy largo, puede resultar más práctico un producto más sufrido, como un pequeño tarro de flor de sal de las salinas locales.
CANARIAS: ALMOGROTE Y MOJOS
Aunque en las islas Canarias se produce una enorme variedad de productos deliciosos (quesos, vinos, papas, frutas…), no todos ellos son igual de prácticos a la hora de ser transportados, especialmente si viajamos en avión. Por eso, una buena opción puede ser un bote de mojo picón o del menos conocido “almogrote”, una pasta a base de queso majorero, que resulta delicioso untado en pan. Para algo más “goloso”, prueba el dulce de guayaba (similar al membrillo, pero con un gusto más tropical).
COMUNIDAD VALENCIANA: ARROZ, FARTONS Y LICORES
La comunidad valenciana es uno de los destinos más habituales para el turismo estival en España. Sus playas y su gastronomía son dos reclamos imbatibles, y, aunque las primeras, no nos las podemos llevar a casa, la segunda, o al menos una muestra, sí. Cualquiera se alegraría de recibir un paquete o saquito de arroz (mejor si es con sello de calidad Arròs de València), o los típicos fartons para acompañar la horchata (la bebida, sobre todo si es fresca, no aguanta mucho fuera de la nevera). También podemos pensar en algún embutido autóctono, como las longanizas de Pascua, y no perder de vista las cervezas artesanas que se elaboran en esta comunidad, ni los licores tradicionales, como el Anís Paloma de Monforte del Cid, el Aperitivo Café de Alcoy, o el Herbero de la Sierra de Mariola, todos ellos elaborados en la provincia de Alicante. Para los amantes de gustos potentes, un tarro de “pericana” (una mezcla de pescado seco, pimientos y aceite de oliva para acompañar muchos platos), puede ser el perfecto regalo.
CATALUÑA: EMBUTIDOS, VINOS Y SALAZONES
Cataluña tiene una gran tradición charcutera, por lo que merece la pena interesarnos por las especialidades locales cuando viajemos a esa comunidad. En las carnicerías tradicionales, suelen ofrecer butifarras, salchichones, “fuets”, y “bulls”, que preparan para que podamos llevarnos a casa en buenas condiciones . Los vinos del Priorat, o del Penedés, y, por supuesto, los cavas, son maravillosos regalos, y, si tenemos la suerte de recalar en la Costa Brava, merece la pena hacerse con unos tarros de anchoas de L´Escala.
REGIÓN DE MURCIA: ARROZ, VINOS Y CONSERVAS
Si tuviéramos que elegir los mejores productos de la gastronomía de Murcia, tendríamos que incluir, sin duda, los procedentes de su huerta. Desafortunadamente, los productos frescos no son los mejores a la hora de viajar, pero sí podemos encontrar muchas conservas artesanas elaboradas con ellos (especialmente recomendables los tomates, con los que se hace la típica ensalada murciana). Otros productos de indudable calidad son los vinos de Jumilla, y el arroz de Calasparra, que puede encontrarse en coquetos saquitos, perfectos para regalar.
ANDALUCÍA: ACEITE, VINOS DE JEREZ Y DULCES
Una comunidad tan extensa como Andalucía tiene, lógicamente, muchísimos productos que pueden ser grandes regalos. A pesar de no ser muy original, con un buen AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), siempre acertaremos. La variedad y la calidad son inmensas, y las presentaciones, cada vez más cuidadas. Los vinos y vinagres de Jerez, únicos en el mundo, son fantásticos para quedar bien. Y, además, podemos comprar una botella por un precio mucho más asequible de lo que podríamos pensar. Por último, no hay que olvidar que en la mayoría de pueblos y ciudades andaluzas se elaboran dulces típicos, como los polvorones y mantecados de Estepa (Sevilla), las tortas de Alcalá de Guadaira (Sevilla), o los piononos de Santa Fe (Granada).
EXTREMADURA: PIMENTÓN DE LA VERA, IBÉRICOS Y QUESOS
Aunque los productos ibéricos extremeños tienen una indiscutible calidad, hay que admitir que pueden írsenos de precio, si lo que queremos es tener un “detallito” con alguien. En ese caso, una latita de pimentón de la Vera será, sin duda, un fantástico obsequio. A medio camino entre ellos, podemos encontrar magníficos quesos autóctonos, como la torta del Casar. Para los golosos: bombones de higo.
CASTILLA LEÓN: MORCILLAS, MANTEQUILLA, Y LEGUMBRES.
Si viajamos a Castilla León, o pasamos por alguna de sus provincias, difícil será no dejarse tentar por alguno de sus fantásticos productos. Evidentemente, si pasamos por Burgos tendremos que comprar morcilla. Si estamos en Salamanca, embutidos ibéricos o, si el bolsillo lo permite, jamón de bellota. Hay opciones más económicas, como adquirir un saquito de legumbres: alubias rojas de Ibeas (Burgos), lentejas de la Armuña (Salamanca), o garbanzos de Fuentesaúco (Zamora), por ejemplo). De Soria, el mejor recuerdo será una lata de mantequilla, ya sea natural, salada, o dulce. Por supuesto, también encontraremos buenos quesos y dulces típicos en muchas localidades de la comunidad.
CASTILLA LA MANCHA: QUESO, VINO Y AZAFRÁN
Aunque Castilla La Mancha será para muchos la comunidad del queso manchego, y del vino, hay otros productos que representan a esta tierra. El azafrán, por ejemplo, puede ser un magnífico regalo (a pesar de su alto precio, se vende desde muy poca cantidad, por lo que es apto para cualquier bolsillo), como también lo puede ser una ristra de ajos, o una caja de mazapanes, si estamos en Toledo. No hay que olvidar la gran calidad de la miel de la Alcarria, ni la fama de los bizcochos borrachos de Guadalajara.
CANTABRIA: SOBAOS Y ANCHOAS
Como estamos comprobando, los dulces son siempre una buena idea para comprar en nuestros viajes. Si vamos a Cantabria, lo más fácil es hacernos con unos buenos sobaos artesanos, o con las famosas “corbatas” de Unquera (una especie de lazos de hojaldre”, que se venden en muchas pastelerías y tiendas de la comunidad), pero no hay que olvidar otros menos “obvios”, como la quesada pasiega, o los “sacristanes” de Liérganes. Las anchoas son otro “must” gastronómico en Cantabria, pero no hay que olvidar que, a pesar de ir en lata, son una semiconserva, por lo que necesitan frío para mantenerse en buenas condiciones.
GALICIA: TARTA DE SANTIAGO, EMPANADAS Y VINOS
El recuerdo gastronómico más recurrente en Galicia probablemente sea la tarta de Santiago, pero, si no somos demasiado golosos o, además del postre, queremos llevar a casa un buen “entrante”, es más que recomendable parar en alguna de las panaderías de pueblo que encontremos en el camino y adquirir una empanada (a veces, es necesario encargarlas). Lo bueno es que las opciones son muchas, y más variadas que en otros lugares de España: bacalao con pasas, zorza, zamburiñas, sardina…. Los panes gallegos también gozan de merecida fama, y aguantan varios días en perfectas condiciones. Por supuesto, los vinos (ribeiros, albariños…) y las conservas del mar, son también inmejorables embajadores de la tierra.
ASTURIAS: SIDRA, QUESOS Y FABES
Es cierto que muchos productos no saben igual en su lugar de origen que fuera de allí. Uno de los ejemplos más claros es la sidra natural, que, necesita de una mano experta para sacarle todo el partido, tirándola “como Dios manda”, pero, afortunadamente, hay ya algunos trucos para tomarse un culín en condiciones, aun siendo un novato (en casi todas las ferreterías del Principado, venden unas pequeñas piezas de plástico que se ajustan a la botella y permiten un “escanciado” decente, siempre que el vaso sea fino). Si aun así, no nos atrevemos a hacerlo en casa, podemos adquirir muchos otros recuerdos sabrosos, como quesos (hasta el Cabrales más aromático, puede ser transportado si nos lo envasan al vacío), y, por supuesto, unas buenas fabas de la tierra, y su inseparable compango, para hacer una auténtica fabada en casa.
PAÍS VASCO: TXAKOLÍ, IDIAZÁBAL Y TEJAS.
Uno de los mayores atractivos turísticos del País Vasco es, sin duda, su maravillosa gastronomía, así que no es raro que, si viajamos al norte, queramos volver a casa con algo de ese sabor. Una buena idea puede ser adquirir unas cuantas botellas de txakolí, ya que allí es posible encontrar una variedad mucho mayor (y a mejor precio) que en cualquier otro lugar del mundo. Si queremos hacer un regalo a alguien de “buen comer”, seguro que agradece recibir una txistorra artesana, o un queso Idiazábal. Y, finalmente, hay que tener en cuenta que, dependiendo de la zona o ciudad en la que nos encontremos, siempre habrá algún dulce típico con el que quedar bien con los golosos, como los bollos de mantequilla de Bilbao, las “tejas y cigarrillos” de Tolosa, o los “vasquitos y neskitas” de Vitoria.