Así es el nuevo restaurante con vistas de lujo a la Gran Vía donde se puede comer alta cocina de tapeo a precio de menú universitario
Gran Vía 18 reinterpreta el tapeo castizo con técnicas de alta cocina, diseño setentero y una de las azoteas más impresionantes del centro de Madrid

Uno de los espacios más icónicos de Gran Vía 18 recrea un apartamento setentero con vistas a la arteria más emblemática de Madrid.
Igual que comer bien fuera de la M-30 se ha convertido en tendencia (con restaurantes que arrasan en barrios periféricos o directamente en las afueras)s, hoy el foco vuelve al centro centro. Y no a cualquier calle: a la mismísima Gran Vía. Allí, entre escaparates, turistas y luces de neón, acaba de abrir un restaurante que combina alta cocina castiza, diseño brutalista y vistas de postal. Y lo mejor: puedes probarlo por menos de 20 euros.
Se llama Gran Vía 18 y está donde menos te lo esperas: en la quinta planta del WOW Concept, justo donde el mítico Hotel Roma abrió sus puertas en 1915. Hoy, ese mismo edificio alberga esta joya gastronómica que fusiona tapeo madrileño con técnica refinada, vistas monumentales y una estética retrofuturista que parece sacada de una película de Kubrick.
Recetas
El bar de tapas madrileño que ha conquistado a la Guía Michelin sin necesidad de estrella
Patricia de la Torre
Tapeo castizo elevado a arte (sí, lo probé)
Al frente de los fogones está el chef Jairo Jiménez, que ha trabajado con la idea de respetar el producto y aplicarle precisión técnica. El resultado es una carta donde platos icónicos madrileños reciben un giro contemporáneo sin perder su esencia.
Probé sus croquetas de jamón ibérico semi líquidas con velo de panceta Joselito y no exagero: están de morir. Cremosas, sabrosas, con ese toque salino y untuoso de la panceta que se deshace en boca. Un bocado de lujo que no necesita más que una servilleta a mano y un "tienes que probar esto".
Otro plato que me sorprendió fue el puerro de Tudela al estilo calçot, presentado con una salsa intensa y un toque a brasa que potencia el dulzor natural del vegetal. Simple, sí, pero con una ejecución impecable que lo convierte en una entrada memorable.

Las croquetas Joselito y el puerro al estilo calçot son dos de los imprescindibles de la carta castiza reinterpretada de Gran Vía 18.
Diseño setentero y una terraza que quita el hipo (y no solo por las vistas)
El restaurante recrea un gran apartamento con alma de club privado. Sofás curvos, librerías, un antiguo estudio de grabación, mobiliario de diseño. Cada rincón está pensado para disfrutar, sí, pero también para ser fotografiado.
Pero la experiencia no termina ahí. Al subir a la sexta planta, aparece uno de los rooftops más fotogénicos de la ciudad con vistas directas a la Gran Vía y la calle Clavel, coctelería de autor y una carta más informal.

La azotea del restaurante, bajo la Loba Capitolina, ofrece coctelería de autor y tapeo ligero con una panorámica inmejorable de Madrid.
Bajo la icónica Loba Capitolina que corona el edificio, puedes tomarte un Sky Garden (con Leblon, Martini Ambrato, kiwi, manzana y jalapeño) mientras ves cómo se enciende la ciudad al atardecer. ¿El plan perfecto? Cenar ligero, quedarte de sobremesa y alargar con cócteles.
Alta cocina asequible en pleno centro
Que un sitio así (con este nivel de cocina, ubicación y decoración) ofrezca un menú del día por 19,50€ es casi un acto revolucionario. Una fórmula perfecta para quienes quieren comer bien entre semana sin dejarse un riñón. Y sí: también puedes pedir a la carta por las noches y disfrutar de una cena más elaborada. El precio medio ronda los 50-60€, pero la experiencia lo justifica de sobra.

El restaurante ofrece un menú del día por 19,50€, con platos que fusionan producto local, técnicas globales y un punto sorprendente.