Ni roscón ni tarta: el dulce que solo se vende en noviembre y arrasa en Madrid
Corona de la Almudena, el bollo festivo que honra a la patrona de Madrid con sabor e historia
Primer plano de la Corona de la Almudena, donde se aprecia la textura del brioche, la crema y el acabado con almendras y azúcar glas.
La ciudad de Madrid no solo celebra a su patrona con flores y misas. Cada 9 de noviembre, la festividad de la Virgen de la Almudena se saborea con una receta única, con historia propia y nombre simbólico: la Corona de la Almudena, un dulce exclusivo del mes de noviembre que cada año conquista más paladares.
Corona de la Almudena: el bollo con nombre de reina
Creada en 1978 por el gremio de pasteleros de Madrid, la Corona de la Almudena nació como una forma de rendir homenaje a la Virgen de la Almudena, patrona de la capital. El objetivo era darle a la ciudad un dulce propio, al igual que el Roscón lo es para la Navidad. El resultado fue un bollo de masa suave y aromática que, con los años, se ha convertido en tradición imprescindible en muchas casas madrileñas.
A pesar de su apariencia circular, parecida al roscón, la Corona de la Almudena no busca competir con él, sino marcar su propio territorio.
La exclusividad estacional es parte del encanto. La Corona de la Almudena solo se vende durante unos pocos días a comienzos de noviembre, en torno a la festividad del día 9. Su presencia fugaz la hace aún más deseada, y no es raro ver colas en los obradores más prestigiosos de la ciudad.
Obradores como Pan.Delirio. ofrecen versiones artesanales con ingredientes ecológicos y técnicas tradicionales, elevando esta receta a nivel gourmet. De hecho, aunque este año han lanzado también un nuevo bocado individual llamado "Almudenita", la pieza central sigue siendo la corona clásica de 1 kg, a un precio de 45 euros.
La Corona de la Almudena en su versión tradicional: masa esponjosa, nata montada natural y cobertura de almendra fileteada y azúcar glas.
Así se hace la auténtica Corona de la Almudena
La base es una masa brioche elaborada con mantequilla, leche, huevos y harina de calidad. A diferencia del roscón, suele llevar menos o nada de agua de azahar, lo que le da un perfil más neutro y adaptable. Lo que realmente distingue a cada corona es su relleno, que puede ser de nata montada, trufa o crema pastelera, y su decoración: desde almendras laminadas hasta un toque de fruta confitada o azúcar glas.
Algunas pastelerías optan por añadir un brillo de manzana o incluso sutiles aromas cítricos que evocan el otoño.
Dónde comprarla y cómo encargarla
Pastelerías tradicionales como El Riojano, La Mallorquina, Manacor o Viena Capellanes, entre otras, elaboran su propia versión de la Corona. Cada una con su toque distintivo, pero todas con un compromiso común: mantener viva esta tradición tan castiza. Lo más recomendable es reservarla con antelación o acudir temprano para evitar quedarse sin ella.
Si buscas una versión más moderna o con ingredientes de proximidad, obradores como Pan.Delirio. ofrecen un enfoque artesanal sin perder el respeto por la receta original.