Michelin EcoTrips, experiencias para avanzar en su estrategia de sostenibilidad
La marca francesa sigue dando pasos y firmando alianzas para cumplir con su objetivo de ser 100% sostenible en 2050. Sus clientes se benefician de los avances y disfrutan de sus resultados.
Proteger el medio ambiente es uno de los factores clave en la visión de futuro de Michelin. En la actualidad, sus neumáticos ya contienen cerca de un 30% de materias primas naturales, recicladas o sostenibles. El objetivo del Grupo es seguir reduciendo de manera drástica la huella medioambiental de sus neumáticos para alcanzar el 40% de materiales sostenibles en 2030, y que sean 100% sostenibles en el año 2050. Una visión, “Todo Sostenible”, que inspira su estrategia global.
Para alcanzar este objetivo Michelin está activamente implicada, utilizando materiales cada vez más sostenibles, mejorando los procesos de fabricación y considerando la fase de fase de utilización y el final de la vida útil del neumático.
Los ingenieros, investigadores, químicos y desarrolladores trabajan para sustituir todas aquellas materias primas de origen no renovable por otras que sí lo sean. Para ello, Michelin ha establecido acuerdos con empresas innovadoras. Es el caso de la colaboración con Bioimpulse para producir una nueva resina adhesiva (Resicare) de origen vegetal; o el acuerdo con Axens e IFP Energies Nouvelles, poniendo en marcha el proyecto BioButterfly para sustituir el butadieno obtenido del petróleo por butadieno de origen vegetal procedente de biomasa.
En lo referido al proceso de fabricación de los neumáticos, Michelin trabaja en la reducción del consumo de agua y de los residuos generados y su total valoración, así como en la reducción de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Toda la energía eléctrica que consumen las fábricas Michelin procede de fuentes 100% renovables.
Pero el mayor impacto del neumático en el medioambiente se produce durante la fase de utilización, en la que se generan nada menos que el 86% de las emisiones de CO2 asociadas al neumático. La resistencia a la rodadura es uno de los principales factores que incide en el consumo de carburante, responsable de las emisiones de CO2. Cuanto menor sea la resistencia se requiere un menor consumo energético y se generan menos emisiones de gases tóxicos. A modo de referencia, por cada litro de combustible no consumido el ambiente se ahorra cerca de 2,66 kg de emisiones CO2. Por ello, la tecnología que incorporan los neumáticos es vital para mitigar el impacto.
Un problema de duración
Para Michelin el cuidado por el planeta es prioridad desde sus orígenes, con el foco en el desarrollo de neumáticos más eficientes en términos de economía de combustible y al mismo tiempo más duraderos. La compañía fue pionera en el desarrollo de la tecnología radial, que permite reducir en un 30% la resistencia a la rodadura; al igual que incorporó sílice, un compuesto en la banda de rodadura que disminuye en un 20% la resistencia, y que incorporan los nuevos City Grip 2, su neumático todo tiempo M+S específico para scooters.
Y para reducir la generación de residuos, Michelin también trabaja en la duración, concibiendo y fabricando neumáticos que garanticen sus prestaciones hasta el final de su vida útil, desde el primer hasta el último kilómetro. Se estima que si todos los neumáticos se utilizasen hasta alcanzar su límite de desgaste, se ahorrarían 400 millones de neumáticos al año, lo que evitaría unas emisiones a la atmósfera de 35 millones de toneladas de CO2. Una vez que los neumáticos llegan al final de su vida útil, son recogidos y valorizados.
Economía circular
Michelin también es consciente de que la velocidad y la naturaleza de la innovación requiere de nuevas formas de cooperación. Para ello se han establecido acuerdos con empresas y startups innovadoras cuyos avances ofrecen perspectivas ilimitadas. Las tecnologías desarrolladas van mucho más allá del mundo del neumático, lo que permitirá su aplicación en otras industrias que se beneficiarían igualmente de la utilización de materias primas recuperadas e infinitamente reutilizables. Estas tecnologías también permitirán reciclar el poliestireno y recuperar el negro de carbón o el aceite de pirólisis de los neumáticos usados.
Michelin apoya la economía circular a través del consorcio europeo BlackCycle. Este proyecto, coordinado por el grupo francés y financiado por la Unión Europea, reúne a 13 entidades del sector público y privado, cuatro de ellas españolas, para diseñar procesos de producción de neumáticos nuevos a partir de neumáticos fuera de uso.
Como parte de la implicación activa en el ámbito de la responsabilidad medioambiental, Michelin también establece alianzas con otras compañías como Velca y Ecoalf, con las que comparte objetivos comunes: seguir avanzando siempre pensando en la sostenibilidad del planeta. Así, el Michelin City Grip 2 será equipo de serie en todos los modelos de la marca española de motos eléctricas.