¿Cena, copa o ambas?
TATEL Madrid: una década de sabor, ritmo y estilo en la Castellana
En pleno corazón de la Castellana, TATEL lleva diez años combinando alta gastronomía española, coctelería de autor y música en vivo. Un concepto que ha trascendido fronteras sin perder su esencia: el arte de disfrutar a la española.

TATEL Madrid y su terraza, llena de ambiente y sabor, en plena Castellana.
Hay lugares que se vuelven iconos no solo por su cocina, sino por lo que representan. TATEL Madrid es uno de ellos. Desde su apertura en 2015, este espacio situado en el número 36 del Paseo de la Castellana se ha consolidado como una referencia del buen vivir madrileño: elegante y vibrante, con ese punto de sofisticación cercana que invita a quedarse.
Su interior, con guiños al art déco y una iluminación cálida que realza cada rincón, transmite la sensación de estar en un club cosmopolita donde el tiempo se detiene. A lo largo de sus 700 m² —ahora ampliados con El Jardín de TATEL, un oasis urbano que permite disfrutar al aire libre durante todo el año— el restaurante despliega una atmósfera que combina el glamour con la cercanía.
La cocina que habla español
Al frente de los fogones, el chef Juan Antonio Medina, responsable global de la propuesta gastronómica del grupo, interpreta la tradición española con un lenguaje propio. Aquí, la cocina —reconocible, sabrosa y con alma— se entiende como una celebración del producto y de la memoria culinaria.

El chef Juan Antonio Medina y sus platos más icónicos, pura cocina española contemporánea.
Los clásicos de la carta, como la milanesa con huevo poché y trufa, la tortilla trufada o el arroz meloso con carabineros, conviven con platos de temporada que incorporan toques creativos sin perder la raíz mediterránea. Todo en una cuidada coreografía que busca emocionar tanto al comensal habitual como al visitante internacional que se asoma por primera vez a la gastronomía española.
La propuesta se completa con una cuidada carta de vinos, con referencias nacionales e internacionales que rinden homenaje a la cultura vitivinícola española.
Barra, alquimia y música en vivo
Si hay un segundo corazón en TATEL, es su barra. Allí, la coctelería se convierte en espectáculo. Los bartenders preparan desde reinterpretaciones de clásicos —como el TATEL Spritz o el Negroni Ibérico— hasta creaciones de autor que maridan con la carta.
Es un lugar pensado para prolongar la sobremesa, enlazar con el tardeo más animado o dejar que la noche fluya sin necesidad de moverse. En palabras de su equipo, “cada cóctel debe tener la misma personalidad que un buen plato: equilibrio, carácter y algo de sorpresa”. Esa continuidad natural entre la mesa y la barra es, quizá, uno de los secretos de su éxito: todo sucede en el mismo escenario, con la misma energía.

Ambiente nocturno en TATEL: música, copas y una energía que nunca se apaga.
Más allá del menú y las copas, TATEL es un espacio vivo que invita a quedarse. Cada noche, la música en directo —desde jazz hasta soul o versiones pop sofisticadas— transforma la cena en un pequeño espectáculo, consiguiendo una experiencia sensorial completa donde cada elemento tiene su propio tempo.
Quizá por eso TATEL no es solo un restaurante: es una cita donde ambiente, servicio y energía realzan el sabor del momento. Un punto de encuentro ideal para celebrar, brindar o, simplemente, disfrutar sin prisas.
Una marca con acento español y mirada global
TATEL nació con una vocación clara: exportar el espíritu de la vida española —su hospitalidad, su ritmo, su mesa— a otras partes del mundo. Detrás de esta idea están figuras destacadas como Manuel Campos Guallar, Abel Matutes Prats y Rafael Nadal, junto a otros nombres que han apoyado el proyecto, entre ellos Cristiano Ronaldo y Pau Gasol.
Hoy, además de su buque insignia madrileño, la firma tiene sedes en Ibiza, Valencia, Marbella, Dubái y Riyadh, y nuevas aperturas en camino. En 2025, el grupo ha sido distinguido con el Premio Nacional de Hostelería a la Internacionalización: un reconocimiento al poder exportador de su identidad gastronómica española.
En una ciudad repleta de propuestas gastronómicas, TATEL Madrid ha sabido mantenerse fiel a una idea sencilla y poderosa: comer bien es solo el principio. Lo que realmente conquista es esa experiencia que se alarga sin esfuerzo, donde la mesa se convierte en barra, la copa en brindis y la música en compañía. Un equilibrio entre sabor, ritmo y ambiente que explica por qué, diez años después, TATEL sigue siendo ese lugar donde siempre apetece quedarse un poco más.