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El hábito más simple (e incómodo) que mejora tu confianza más que cualquier mantra

La rutina matinal de Chus Martín que activa el músculo de la autoestima

Una ducha fría matinal puede ser mucho más que un gesto físico: representa la decisión de elegir lo difícil y entrenar la autoconfianza desde lo cotidiano.

Una ducha fría matinal puede ser mucho más que un gesto físico: representa la decisión de elegir lo difícil y entrenar la autoconfianza desde lo cotidiano.Getty Images

Patricia de la Torre
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En uno de los boletines más reveladores de su Substack 'Club de Meditar', la autora Chus Martín confiesa un hábito tan simple como incómodo: ducharse con agua fría cada mañana. En sus palabras:

"Congelarme un ratito todas las mañanas se ha convertido en mi forma de empezar el día recordándome que soy capaz de hacer cosas difíciles."

Más allá del bienestar físico que se le atribuye a esta práctica, lo que Chus describe es una declaración de intenciones: un ritual diario que activa el músculo de la autoconfianza sin discursos vacíos ni afirmaciones frente al espejo. Pero ¿realmente una ducha helada puede ser más efectiva que cualquier mantra de motivación? ¿Qué dice la ciencia al respecto?

Chis Martín y el poder simbólico de "girar el grifo al frío"

Lo que parece una simple acción —pasar del agua caliente a la fría— es, para Chus, una metáfora de vida. Ella lo define como un "grifo simbólico" que se abre cada vez que enfrentamos una conversación incómoda, una tarea postergada o una decisión difícil. La ducha fría se convierte así en el primer microdesafío del día, una prueba silenciosa de que, incluso cuando todo tu cuerpo grita "no", tú puedes elegir el "sí".

Según afirma, esta repetición diaria refuerza la confianza en uno mismo de manera tangible. En sus propias palabras:

"La confianza real nunca nace de un airoso 'yo puedo', sino de verte hacerlo."

Qué dice la ciencia sobre duchas frías, autoeficacia y confianza

La ciencia ha empezado a explorar los efectos de la inmersión en agua fría —y duchas frías breves— sobre la salud física y psicológica. Y aunque todavía no existe un consenso definitivo, varios estudios apuntan a beneficios consistentes:

La investigación 'Effects of cold water immersion on mood and mental health' de Plos One revela que la exposición breve al agua fría puede inducir una respuesta fisiológica que activa la dopamina y eleva el estado de ánimo de forma inmediata.

El Journal of Sport Psychology ha publicado que estos desafíos físicos, como el agua fría, están correlacionados con un aumento en la percepción de autoeficacia: la sensación de "puedo con esto".

Un estudio de Cambridge concluye que la inmersión en agua fría muestra potencial como complemento para tratar depresión y ansiedad, aunque la evidencia aún es preliminar y necesita más validación científica.

El estudio de Biology (2023) demostró que una inmersión breve en agua fría mejora el ánimo y activa redes cerebrales asociadas a la motivación, mientras que la revisión Refreshing the Mind and Body sugiere que estas prácticas pueden aliviar estrés y ansiedad al estimular el sistema nervioso simpático. Aunque la evidencia aún es limitada, ambos coinciden en que el frío puede potenciar la autoeficacia real.

Pero también existen voces más escépticas:

El British Journal of Sports Medicine advierte que muchos de estos beneficios son temporales o dependen del contexto individual, y que el efecto placebo no puede descartarse.

Un metaanálisis de 11 estudios con 3.177 participantes concluye que la inmersión en agua fría (CWI) reduce el estrés tras unas 12 horas, mejora la calidad del sueño y la calidad de vida, pero no muestra efectos inmediatos significativos sobre el estado de ánimo ni la función inmune.

Y el estudio de de Plos One recalca que la confianza profunda se construye con constancia, no con actos puntuales de heroicidad matinal, por lo que ducharse con agua fría sin un marco emocional o mental adecuado puede quedarse en ritual vacío.

Cómo hacer que el hábito funcione para ti

Más allá de la evidencia científica, lo que importa es el sentido que le das a esa incomodidad. Chus Martín propone un recordatorio diario de integridad: alinear lo que dices, lo que piensas y lo que haces. Y eso, a largo plazo, vale más que mil frases de Instagram.

Puedes hacer este hábito tuyo con pequeños pasos:

Decide qué representa para ti "girar el grifo al frío": ¿una promesa? ¿una prueba? ¿un reset?, no busques resultados inmediatos. Observa cómo cambia tu forma de encarar otros desafíos si empiezas el día venciendo al confort. Y sobre todo, sé constante: la confianza se acumula como un músculo, no se declama como un eslogan.

Meditación de Chis Martín: visualiza tu zona de confort y decide expandirla

Para quienes buscan llevar esta práctica a un plano más profundo y emocional, Chus Martín ha compartido una meditación guiada que sirve como espejo y entrenamiento para tu confianza interior. En ella, invita a visualizar tu zona de confort como un círculo lleno de tus rutinas, hábitos y límites actuales. Y desde ahí, identificar qué acción difícil (aunque ilusionante) te permitiría salir de ese perímetro autoimpuesto.

"Ese momento en el que decides entre fácil o difícil es la frontera exacta donde se entrena la confianza. No en la comodidad, sino en demostrarte que eres muy capaz de hacer cosas que te cuestan."

La práctica propone visualizar con honestidad qué deseas y qué te lo impide, medir tu nivel actual de confianza y observar cómo cambia con cada acción y reconocer que lo que deseas no llega solo por pensarlo, sino por intercambiar energía en forma de esfuerzo.

Es una invitación a experimentar desde el cuerpo lo que significa cruzar esa frontera entre el "quiero" y el "lo hago", y entender que cada microacción es una semilla de confianza que se planta en tu memoria emocional.

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