'No quería seguir siendo Aitana”: la confesión más dura de la cantante sobre el éxito que casi la destruye

En su entrevista más íntima hasta la fecha, Aitana ha decidido hablar sin filtros sobre el precio de la fama, la salud mental y su proceso de reconstrucción personal. La cantante catalana ha abierto su corazón y ha hablado de lo que significa ser ‘Aitana’ cuando las luces se apagan.

‘Estoy enamorada, sí. Y esto no me lo habías escuchado decir nunca’, ha confesado la artista ante la cámara mientras miraba a la persona de su equipo que se encontraba tras ella, marcando un antes y un después en su discurso público.

Una frase que no solo confirma su actual relación con Plex (Daniel Alonso), sino que también revela una Aitana nueva, más consciente y madura. ‘Estaba enamorada mal. Bueno, no mal, pero era un enamoramiento de adolescente, de no entender’, ha explicado, reconociendo que ha aprendido a amar desde otro lugar, más sano y real.

Sin embargo, más allá del amor, el gran tema de la conversación ha sido la identidad. Aitana ha reconocido que no hay un personaje detrás de ‘Aitana cantante’, y eso tiene un precio emocional porque ‘Las críticas me duelen más porque van 100 % hacia mí. No hay un personaje que las reciba, soy puramente yo’, ha admitido.

También ha reivindicado que durante mucho tiempo se la ha machacado con la idea de que no era feliz, a lo que ha respondido con total franqueza: ‘Obviamente no he sido feliz, pero no por mi discográfica, sino porque no he tenido un momento de parar’. Con esto, la cantante ha confesado que el año pasado tocó fondo y llegó a pensar que no quería seguir siendo Aitana. Su tercer disco, Cuarto Azul, es el resultado de ese proceso: ‘Cuarto Azul es esa terapia que pasé. Ha tenido un éxito increíble, aunque a mí los números me dan igual’.

El proceso de tocar fondo tuvo su origen en una cadena de rupturas personales y profesionales. Uno de los pilares que se derrumbaron fue su prima Olga, que había sido su mánager desde el inicio de su carrera. ‘Mi equipo es muy cambiante, y me di cuenta de que la única que no se iba a ir era yo’, ha confesado.

Aitana ha llegado incluso a reconocer que en una conversación con ‘una persona muy querida para mí’ llegó a decir que ‘me da envidia que la gente se pueda ir del proyecto Aitana y yo no’, una frase tan honesta como devastadora que retrata el peso psicológico de crecer ante millones de ojos sin poder desconectar.

La catalana también ha reflexionado sobre el aprendizaje que vino tras ese colapso. Ha admitido que necesitaba reencontrarse consigo misma y volver a hacer música sin presión, sin necesidad de demostrar nada. En ese punto, la terapia ha sido clave: ‘Fue como aprender a respirar otra vez, a poner límites y a entender que puedo decir que no’.

También ha reconocido que se habla muy mal a sí misma y es algo que aún no ha superado. Ha confesado que se dio cuenta porque una persona que no la conocía de nada le dijo que se hablaba muy mal y fue ahí cuando decidió que debía cambiar su forma de tratarse.

Su confesión ha conmovido a sus seguidores y a miles de usuarios en redes, que han destacado la madurez con la que habla de salud mental, ansiedad y autenticidad en una industria que tiende a disfrazar el sufrimiento con éxito.

En redes sociales, los fans han alabado su vulnerabilidad y su capacidad para verbalizar emociones que muchos jóvenes comparten: la presión, la autoexigencia y el miedo a decepcionar. ‘Qué necesario que alguien con tanta voz diga esto’, ha escrito un usuario.

Lejos de mostrarse derrotada, Aitana ha dejado claro que está en una nueva etapa vital, más equilibrada, más libre y con las prioridades claras. ‘Estoy enamorada, tranquila y en paz’, ha dicho, reafirmando que el amor y el autoconocimiento van ahora de la mano.

Con esta entrevista, Aitana no solo ha humanizado a la estrella, sino que ha transformado la narrativa sobre sí misma: ya no es la joven tímida salida de Operación Triunfo, sino una mujer consciente del precio de su carrera y dispuesta a ser dueña de su historia.