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La conjura sevillana contra el postSanchismo

No importa su mediocridad, lo que se valora es la sumisión al líder. Es ese, y solo ese, el existencial de ese ente caótico en que se ha convertido el PSOE, en evolución hacia uno nuevo a surgir de este 41 Congreso: el Partido “Sanchista” Obrero Español

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, durante la inauguración del 41º Congreso Federal del PSOE.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, durante la inauguración del 41º Congreso Federal del PSOE.Joaquin Corchero

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El PSOE cerrará filas con Pedro Sánchez en Sevilla. En un 41 Congreso Federal marcado por la salida de Lobato de la secretaria general de la federación socialista madrileña, las acusaciones de Aldama y las imputaciones de miembros de su familia, su mujer y su hermano, de su anterior secretario de organización, Ábalos, y del fiscal general Ortiz. Y está por ver si Santos Cerdán sigue, con un pie en la fiscalía por sus enredos. Lo que se esperaba como un “congreso tranquilo”, con un aire de convención al estilo del Partido Demócrata norteamericano va a quedar en agua de borrajas.

También se esperaba un congreso “con gran calado ideológico”. Así se va a vender en los medios afines. Pero los tres temas centrales de su ponencia-marco, como son el cambio climático, la vivienda, el federalismo y la financiación singular de Cataluña, pasarán a un segundo plano ante ese contexto de crisis existencial. La ministra Montero, la segunda al mando, ha echado mano del desgastado mantra ya por todos conocido: todo es culpa de una conjura de la derecha, del PP, que impulsa un golpe de estado contra Pedro Sánchez para deteriorar la mayoría parlamentaria en que se apoya su gobierno. En la ortodoxia “sanchista”, todo es culpa de los otros, nunca de uno mismo. En este caso, nunca de la casa común socialista. Una cortina de humo que esconde la verdadera amenaza que se quiere conjurar con el 41 Congreso: la amenaza del día después, del postsanchismo, para permanecer en el poder. Así lo dejo muy claro el mismo Pedro Sánchez en el Congreso de la UGT hace pocos días.

Todo parte de los cinco días de reflexión que se concedió Pedro Sánchez cuando vió cuestionadas judicialmente las andanzas de su mujer. Publicó su carta declarando su amor a Begoña y se fue al rincón de pensar. Eso desencadenó en el PSOE una situación de alarma respecto a que pasaría si de verdad se iba. Y al igual que hacia Mao Tse Tung en China, se creó un estado de opinión para situarse en el postsanchismo por parte de dirigentes, cuadro y militantes. Ya sabemos lo que era costumbre en Mao, al igual que ahora Pedro Sánchez: ir a por el cuello de los que se pasaban de listos y cerrar el periodo con una Revolución Cultural o con un Congreso de unanimidad como es el caso.

El "postsanchismo" es un concepto que todavía está evolucionando y no hay figuras definitivas que estén implicadas

Solo cabe un solo líder a perpetuidad, aplaudido y reverenciado, hasta que la muerte lo aparte. Los lideres del PSOE en Castilla y León, en Aragón, Asturias o en Madrid, tienen los días contados, o ya lo es en el caso del último, sustituir por afines situados en el consejo de ministros. Ya en la Comunidad Valenciana impuso a su incondicional y reverente Diana Morant. No importa su mediocridad, lo que se valora es la sumisión al líder. Es ese, y solo ese, el existencial de ese ente caótico en que se ha convertido el PSOE, en evolución hacia uno nuevo a surgir de este 41 Congreso: el Partido “Sanchista” Obrero Español. Un experimento que chirria en el ambiente socialdemócrata europeo, pero que no es de extrañar en los ambientes autoritarios asiáticos o iberoamericanos.

¿Qué debemos entender por esa amenaza, por el “postsanchismo”, que pretende conjurar el 41 Congreso en Sevilla? Este concepto se refiere a la etapa política que podría seguir al liderazgo de Pedro Sánchez en el PSOE, etapa que amenazo por venir con esos días de reflexión. Aunque no hay una lista oficial de políticos socialistas en activo implicados en este contexto, se pueden considerar varias figuras que podrían jugar un papel importante en un futuro escenario político post-Sánchez. Veremos si alguno de ellos aparece en la Comisión Ejecutiva, lo más seguro que no.

Posibles miembros del PSOE como Susana Díaz, ex presidenta de la Junta de Andalucía y figura destacada dentro del PSOE, ha sido crítica con el liderazgo de Sánchez y podría ser una candidata para liderar el partido en un futuro. Otro podría ser García Page, el actual presidente de Castilla-La mancha y secretario general de los socialistas manchegos, critico, pero muy medido para preservar su cuello. O Patxi López ex lehendakari y actual portavoz del PSOE en el Congreso, ha sido mencionado como una posible figura que podría asumir un rol de liderazgo y al que Pedro Sánchez incorporó a su lealtad parándole los pies, al igual que hacía Mao con alguno de sus rivales. O los secretarios generales de Castilla y León, de Aragón o de Asturias, antes sus leales y hoy ya no mucho y que van a ser sus futuras víctimas.

El "postsanchismo" es un concepto que todavía está evolucionando y no hay figuras definitivas que estén implicadas. No es una corriente como Izquierda Socialista, liderada por el incombustible Vicent Garcés que solo aspira a sobrevivir en su cuota de poder pero que da lustre ideológico. Ni tampoco los históricos González o Guerra, ya entrados en años. Sin embargo, es probable que cualquier cambio en el liderazgo involucre tanto a miembros actuales del partido como a nuevas figuras emergentes. La dinámica política puede cambiar rápidamente, así que las posibilidades son variadas. Toda una amenaza para conjurar y cortar de raíz en este 41 Congreso. La consigna es atrincherarse ante lo que está por venir en el Tribunal Supremo y en las Audiencias Provinciales. Y todo comienza por un prietas las filas y crear el partido único ¡La China está cerca!

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