La apuesta fallida por Diana Morant
En la Moncloa preocupa la falta de liderazgo en las filas socialistas valencianas
No hay bien que por mal no venga. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, perdió las tres cuartas partes de poder territorial en mayo de 2023. No se quejó más allá de lo imprescindible. Extrañó inicialmente al personal; pero si cabe pensarlo bien, fue un acierto visto desde sus propios intereses políticos. Se quitó de un plumazo la presencia de incomodos “barones” para su proyecto de conversión del PSOE en un “partido sanchista”, sin contestación interna. Perdieron las elecciones Puig, Lobato, Espadas y Lambán. Solo resistió Page. La operación era, y es, sustituirlos en Congresos “a la búlgara” por sus candidatos, hoy ministros. Ya lo ha hecho en la Comunidad Valenciana y en la de Madrid, pronto lo hará en Aragón y en Andalucía por Alegría y Montero. Y con un PSOE a sus órdenes, afrontar lo que venga por delante.
Quien quiera ocupar la Moncloa debe ganar las elecciones con soltura en Cataluña, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana. El poder territorial clave para la movilización electoral en unas generales donde se juega la mayor. Y en los escaños a ganar. Es lo que está detrás del paso dado perdiendo en mayo de 2023 para ganar el incontestable caudillismo socialista. Pero en ese cuento de la lechera ha fallado un párrafo: la designación de Diana Morant como líder socialista en la Comunidad Valenciana. No es lo que se esperaba de ella en la sala de mandos de la Moncloa. Desconocida por la mayor parte del electorado de la Comunidad Valenciana, inclusive por parte importante del socialista, los de “toda la vida”. A pesar de ser ministra. Con la que está cayendo en la Comunidad Valenciana, no capitaliza el descontento social, que si lo está haciendo Compromís, su incomodo competidor en campo propio.
Existe descontento en el aparato controlado por los “pelayos” cuya disciplina se parece más a los pretorianos romanos que a militantes de partido
En política cuentan las encuestas. Y las que manejan en la Moncloa y leen en la calle Hospital, la sede valenciana del PSOE, indican que el bloque PSPV-Compromís está a un diputado de bloque conservador, y dentro del primero el PSPV solo ha aumentado un diputado respecto a mayo de 2023. Diana Morant no ha resultado ser lo que se esperaba de ella, o dicho en castizo apitxat: un “cacau fallit”. No ha estado desde el primer día presente en las calles de la catástrofe de la dana, poco se le ha visto por Valencia. En cambio, ha seguido más tiempo instalada en el chalé del Ministerio, en Madrid, que en el local de la calle Hospital. Mientras, sus designados del Canto y Mascarell tocando de oído en la sede, provocando las risas y el descontento del aparato controlado por los “pelayos” cuya disciplina se parece más a los pretorianos romanos que a militantes de partido.
En la Moncloa preocupa la falta de liderazgo en las filas socialistas valencianas. La estrella ascendente, fabricada al momento, Pilar Bernabé, no puede ser la solución para todo. Destinada a competir en Valencia frente a María José Catalá puede servir de “factor de arrastre” a una Diana Morant que no chuta, pero no para recambio de última hora. Lo que si se está cociendo en Madrid es, si todo sale bien, pasados los congresos regionales y provinciales -veremos qué pasa con Soler y Bielsa con una Morant desfondada-, montar una “crisis de gobierno” para sacar a Diana Morant y sustituirla por Pilar Bernabé, no en el mismo ministerio pues los rectores de las universidades y el CSIC están molestos. Además, Bernabé cuenta con el apoyo de Marlaska, peso pesado del sanchismo.
El futuro de Pedro Sánchez no está escrito, aunque se atisba. Va a depender de lo que hagan las nuevas “baronías sanchistas”, de los jueces y del inquilino de Waterloo. Demasiadas variables si cabe. Pero una nueva a apuntar en su “manual de supervivencia”: perder para ganar. Está por ver si logra remendar la decisión de sustituir a Ximo Puig por Diana Morant; por ahora se está llevando a Madrid a sus incondicionales: Torró, España, del Canto. Veremos como termina el sainete de Gandía, a pesar de los esfuerzos de Orengo, el mentor de la Morant.