Así trata el Gobierno a los militares de Valencia en Nochevieja: choped, frío, en el suelo y tras más de 12 horas de trabajo

No todos van a poder celebrar la Nochevieja en familia o con amigos. Muchos trabajadores seguirán en sus puestos para que la entrada del nuevo año discurra con normalidad: médicos, cuidadores, aeropuertos… Y entre todos ellos, este 2024 tiene un hueco especial en la memoria los más de 8.000 militares desplazados a Valencia para trabajar en las labores de limpieza y reconstrucción tras la trágica dana del pasado 29 de octubre. Estos efectivos no sólo estarán lejos de sus familias, sino que además las condiciones en las que el Gobierno y el Ministerio de Defensa dirigido por Margarita Robles les mantiene en este fin de año dejan bastante que desear.

Dos meses después de la tragedia, los militares de los dos ejércitos y de la UME, continúan quitando el barro, realizando todas las tareas que sean necesarias para intentar devolver la dignidad a las zonas afectadas por la riada y en especial a las personas que viven en ella. Los militares realizan turnos de 12 horas -o más según se alargue la función o se encuentren con personas que necesitan su ayuda o tienen que preparar el material para el día siguiente- mientras duermen en polideportivos en el mejor de los casos o en tiendas de campaña. Incluso hay militares durmiendo en el suelo de los trenes de las vías que tienen que reparar. 

Precisamente aquí es donde empieza la dejadez del Gobierno y del ministerio de Margarita Robles con los militares desplegados en Valencia. Muchos de ellos pueden estar semanas durmiendo en grandes pabellones en un catre montado para la ocasión, donde incluso en algunos casos se tienen que llevar estufas o les dejan calentadores las personas y los voluntarios de las zonas afectadas. La situación además no tiene visos de acabar ya que no hay fecha de repliegue hasta que la situación en los pueblos afectados por la riada no se estabilice y tenga algo de la antigua normalidad.

Pero quizá la mayor dejadez del Gobierno y de Margarita Robles con los militares que están ayudando en Valencia es la comida. Los efectivos se encuentran todos los días con menús se son un panecillo, unas lonchas de choped o de jamón york, y algo de pasta, algo insuficiente tras jornadas de trabajo de 12 horas. Y tengamos en cuenta que esta dieta, si se puede llamar así, es además todos los días durante semanas que se pueden convertir en meses.

Pese a la desidia del Gobierno, los militares cuentan con la ayuda de los vecinos de las zonas afectadas por la trágica riada o de los voluntarios. De esta forma, muchos relatan que comen los tuppers los bocadillos que humildemente les ofrece la gente a la que están ayudando. “La gente nos prepara comida todos los días y con eso vamos tirando”, indican, frente al menú de pan con choped de Margarita Robles. Además, en sus horas libres sacan tiempo para cantar villancicos con los niños de los pueblos afectados o repartirles juguetes, o hacer compañía a personas que lo han perdido todo, su gesto navideño en estas fiestas lejos de casa.