No es mi cultura
Que una cuestión sea legal no significa que sea ética. Ni éticamente aceptable.

No es mi cultura
A lo largo de la historia hemos perpetrado verdaderas aberraciones con el perverso respaldo de la legalidad contra la vida, la integridad y la dignidad de otras personas y otros animales, simplemente por el hecho de creernos superiores a ellos.
Uno de estos actos de barbarie, que incomprensible y desgraciadamente, pasado ya un cuarto del siglo XXI, se siguen cometiendo legalmente en nuestro país, es la tortura taurina.
Es vergonzoso que, quienes nos gobiernan, a nivel estatal, se autodenominen progresistas mientras permiten este modo de vida y de diversión involucionado.
De nuestros gobernantes en la Comunitat, sus hechos les definen mejor que sus palabras. ¿Qué más se puede decir cuando se nombra vicepresidente y conseller de “cultura” a un personaje cuyo mérito para ocupar tan importantes cargos públicos es ser torero?
Que la cultura para ellos es una escena de Bienvenido Míster Marshall y el sufrimiento de los otros es una caricatura con que llevar a cabo políticas de “pan y circo”.
Con este desalentador panorama, no tiene sentido apelar a la ética y compasión a aquellos que deben tomar decisiones a gran escala. Es evidente que carecen de ella.
Tampoco a quienes, para hacer caja, manchan sus manos de sangre y llenan sus bolsillos de las subvenciones al chiringuito taurino.
Sin embargo, a ti que acudes a los toros, si estás leyendo este artículo, sí voy a pedirte una reflexión.
Una compañera de trabajo me comentaba que ella asistía a corridas de toros hasta que un día se fijó en la mirada de uno de ellos y vio en sus ojos a su perra. Nunca más regresó.
Es posible que asistir a estos actos te recuerde al momento que compartías con tu padre cuando eras joven, o que simplemente lo plantees como una actividad compartida con amigos.
Tal vez, pese a tenerlo delante, nunca te hayas puesto en la piel del toro, nunca hayas sentido su dolor y nunca hayas mirado a sus ojos.
Cierra los tuyos y con la mano en el corazón, valora si está bien provocar tanto dolor y sufrimiento a un animal indefenso. Si tienes un mínimo de empatía, sé cuál ha sido tu respuesta. No sigas excusándote y haz caso a tu conciencia.
Y si eres de quienes piensan que la tauromaquia no va contigo, que quien no quiera no vaya, recuerda que, hay quien no quiere participar, sin embargo es protagonista obligado: el toro al que torturan hasta su agónica muerte. Y el caballo, que también sufre, muchas veces con su propia vida, las consecuencias de estos actos de violencia y linchamiento público de inocentes.
Y si no te importa el sufrimiento de los animales, debes saber que la tauromaquia a ti también te perjudica.
Cuando estés 5 días esperando en urgencias a que te asignen una cama en la correspondiente planta de un hospital, recuerda que la atención sanitaria que no cubren los seguros de actos taurinos, los asume la sanidad pública.
Cuando tus hijos empiecen curso y en lugar de aulas, lo hagan en barracones, recuerda que las escuelas taurinas se pagan con tus impuestos.
Y cuando desmantelen servicios, como la Unidad Valenciana de Emergencia, por ser supuestamente un gasto innecesario, recuerda que en la Comunitat Valenciana, sólo en 2023, de las cuentas municipales se gastaron 37 millones de euros en actos taurinos.
Las estadísticas son demoledoras. En las anuales publicadas por el ministerio de cultura, se refleja un descenso continuado de asistencia a espectáculos taurinos, siendo los últimos valores publicados, correspondientes a 2022, inferiores al 2% de la población. El 26%, con entradas gratuitas.
Porque la tauromaquia NO ES MI CULTURA, y según las estadísticas, con alta probabilidad, tampoco la tuya, ha llegado el momento de ponerle fin.
No podemos seguir ejecutando animales por diversión, no podemos seguir subvencionando la barbarie, no podemos mancillar la verdadera cultura con la tortura.
Por este motivo, se ha puesto en marcha una Iniciativa Legislativa Popular, denominada NO ES MI CULTURA para derogar la Ley 18/2013 de patrimonio cultural de la tauromaquia. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de organizaciones de protección animal, del medioambiente, de la infancia y culturales y para que pueda ser tramitada en la cámara del Congreso de los Diputados requiere 500.000 firmas.
Estamos en la recta final y cada firma es decisiva. ¿Nos ayudas a poner fin a este negocio sangriento y a esta cruel y anacrónica forma de diversión?
Si la tauromaquia tampoco es tu cultura, firma aquí: https://www.noesmicultura.org/firma