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De las viviendas y otros relatos

Eso sólo tiene una pega que, si esas medidas tan heterogéneas no satisfacen a todos, el Decreto se queda sin aprobar. Esto es a lo que ha jugado el Gobierno esta semana.

(Foto de ARCHIVO)
Imagen de la pasarela que une las playas de La Albufereta y La Almadraba en Alicante, en una imagen de archivo.

REMITIDA / HANDOUT por AYUNTAMIENTO DE ALICANTE
Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma
17/12/2024

AlicanteAA

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Feliz fin de semana, último de este mes de enero de 2025, esa primera uva que ustedes y yo nos tomamos aquel 31 de diciembre de 2024, que parece tan lejana y apenas han pasado cuatro semanas. Estamos en esa “Primavera eterna” a las que se refería D. Ramón María del Valle Inclán cuando hablaba de Alicante.

Melquiades y yo salimos a pasear aprovechando que hay sol y casi veinte grados. Nos sobra el “capisayo” que nos echamos por encima, así que decidimos tenerlo en la mano, mientras charlamos. Melquiades recuerda que en su época joven solía escaparse a Alicante, desde su Madrid natal, a pasar algunos de estos maravillosos días. Lo hacía sin presupuesto.

“Era una época en la que nos conformábamos con tener una barra de pan, algunas latas de conserva, frutas y alguna bebida para acompañar el alimento” Nos cuenta sin pudor y dentro de la humildad que tenían los españoles de la meseta que, en aquellos años de los setenta y los ochenta, solían viajar a Levante para pasar unos días de descanso. Melquiades vivía en una vivienda de la Obra Sindical del Hogar. Obra a la que le está muy agradecido porque así consiguió su primera casa, en uno de esos barrios en expansión, que había en Madrid y que permitió a cientos de miles de familias tener una solución habitacional.

Melquiades reflexiona conmigo lo siguiente: “Podemos estar de acuerdo en que el modo de llegar al poder de Franco no fue democrático, no lo voy a discutir, pero por qué no revisar el modelo de hacer vivienda social que tuvo “el régimen” en toda España, para intentar poner algo parecido en marcha.”

Aun pasamos por algunos barrios de Alicante y en la puerta podemos ver el cartelito metálico con el yugo y las flechas. Esas viviendas se hicieron con ayuda de una política social orientada a resolver un problema que era mayúsculo en todas las capitales de provincia, por el éxodo que se produjo hacia urbes más industrializadas.

Avistamos la playa, se le llena la cara de alegría. El horizonte parece ilimitado, es lo bueno que tiene el mar, nos da esa sensación de libertad difícil de tener en otro tipo de paisajes. Melquiades me dice que nunca ha montado en barco, le da pánico, le parece que el agua se lo puede tragar. Haciendo una broma, Melquiades me dice que se baña una vez a la semana y en su bañera “hace pie”.

Hoy me ha contado que está intentando ver una serie de Netflix, pero que se duerme cada vez que aparecen los rótulos del inicio. “Deben ser los años”, reflexiona en voz alta. Lo cierto es que es una persona muy activa, tiene el día muy ocupado, siempre hay algo que hacer y la agenda del médico, porque los jubilados tienen sus labores de casa y una agenda en la que aparecen las visitas al médico de todo el año. Quizá porque cuando tenían que ir no sacaban tiempo y ahora… ahora es tiempo de cuidarse.

Melquiades y yo nos hemos enterado estos días de que existe un tipo de Decretos que se llaman ómnibus, que se caracterizan porque agrupan muchas medidas o reformas diferentes para ser aprobadas de una vez. Eso sólo tiene una pega que, si esas medidas tan heterogéneas no satisfacen a todos, el Decreto se queda sin aprobar. Esto es a lo que ha jugado el Gobierno esta semana.

Podía haber unido en este Decreto todas las medidas de beneficio social que apoyaban todos y haber sacado un Real Decreto perfecto que habría ayudado al ciudadano y a la imagen del Gobierno, pero ha preferido perjudicar al ciudadano y dejar encima de la mesa la imagen de que el PP no apoya las medidas de beneficio social porque está contra el ciudadano. Juzguen ustedes mismos.

Melquiades y yo nos hemos adentrado en la playa, paseamos por la arena y respiramos aire puro. Es un momento único, hay que aprovechar cada segundo que pasamos disfrutando de este tiempo y estos beneficios, es un regalo de nuestra tierra.

Mi amigo me cuenta que ha decidido hacerse un arroz con cebolla y atún. Lo he comido en alguna ocasión en su casa. Está impresionante. Ya les digo yo que tiene truco. Nunca me lo cuenta, pero sé que lo tiene.

Yo “contraataco” con mi menú, que tendrá ensalada y pescado al horno. Hemos empatado. No he podido resistir la tentación y le he traído, para cuando se siente a la mesa en su casa, una botellita de un blanco de uva bobal, muy propio de la zona de “Requena”. Lo disfrutará, estoy seguro. A ustedes les dejo un consejo sencillo: Miren a su alrededor y disfruten. Como siempre, servidor de ustedes…

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