Sánchez no es Suárez
Pero existe una salida que comienza a interesarles a todos ellos ante la tremenda crisis actual: la prevista en el artículo 101 de la Constitución Española

El presidente Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una reunión, en el Palacio de la Moncloa.
Dos contextos diametralmente opuestos, pero una misma puerta de salida. Hace 44 años, Adolfo Suárez afrontaba una difícil y complicada situación política. El congreso de UCD de Mallorca había cuestionado su liderazgo, el ruido de sables era insoportable y una moción de censura inminente que podía aunar los votos de la oposición - los del PSOE, PSUC y PCE - y parte de los de su grupo parlamentario de la UCD a favor de un candidato, un militar, podían truncar el proceso democrático iniciado tres años antes. Se adelantó a la jugada, presentó su dimisión al Rey y avaló la investidura de Calvo Sotelo. Lo que pasó está en la historia. Podía no haberlo hecho, no haber dimitido, pero la grandeza de su gesto está ahí. Lo supo hacer y la democracia recién estrenada siguió su camino, hasta hoy. Será recordado siempre como un gran patriota.
Pedro Sánchez afronta una tremenda crisis política que, aparentemente, no tiene visos de solución. Es cierto que la coalición que sustenta su gobierno está cohesionada en torno a sus intereses particulares, pues una alternativa distinta a la actual - como serian unas elecciones anticipadas - les perjudica: JuntsxCat, ERC, Bildu y Sumar tienen pendientes una serie de compromisos de legislatura aun no satisfechos que, con un gobierno del PP apoyado o no por Vox, serian imposibles. El PNV gobierna en el País Vasco apoyado por el PSOE y le da grima una alternativa distinta, y el PSOE sabe que con la que está cayendo, el problema es quien sería el ultimo que apagaría la luz de Ferraz, su sede madrileña.
Un escenario en el que las previsiones de una moción de censura, someter al presidente Sánchez a una moción de confianza o la disolución de las cámaras, perjudica a los 13 partidos que conforman la gran coalición que sustenta al actual gobierno. Pero existe una salida que comienza a interesarles a todos ellos ante la tremenda crisis actual: la prevista en el artículo 101 de la Constitución Española, que a pesar de su ambigüedad por los motivos que en el concurren, el presidente Pedro Sánchez puede presentar su dimisión al Rey.
La coalición de los 13 no se rompe, pero todos se encuentran en estado de pánico por lo que pueda estar por venir de la mano de la UCO
Si esto es así, su gobierno entraría en funciones, la coalición de los 13 acordaría un candidato presentado por el grupo socialista, fuera diputado o no, que habría de someterse a una sesión de investidura y formar gobierno hasta las elecciones de 2027, con toda seguridad adelantadas para no coincidir en mayo con las municipales y autonómicas. Año y medio de transición. ¿Es posible esa vía de salida?
Los mentideros madrileños son un hervidero de rumores. La coalición de los 13 no se rompe, pero todos se encuentran en estado de pánico por lo que pueda estar por venir de la mano de la UCO. Tambores de guerra se oyen cada día que pasa en el seno del PSOE, por ese motivo y por otros que persiguen revancha: Santos Cerdán dejó demasiados cadáveres en los armarios de Ferraz. Adriana Lastra, Susana, Díaz, Lambán, Redondo, Page a pesar de su ambigüedad, “los excombatientes” de Felipe González…
Los asesores de la Moncloa comienzan a filtrar en el mismo sentido: Pedro Sánchez debe dimitir, pero sin que se le ocurra pulsar el botón rojo de elecciones anticipadas, que sería lo lógico.
Comienzan las típicas quinielas. ¿Cuál sería el candidato, diputado o no, que aunara un consenso de los 13? Pedro Sánchez ha suspendido su agenda estos últimos días, ha recibido esta semana a los jefes de fila de los grupos parlamentarios, pero lo más significativo es que, sin venir a cuento, ha citado a Salvador Illa. El día 5 de julio hay Comité Federal y en los próximos días las citaciones en el Supremo de los tres principales de la “banda del Peugeot”, Koldo, Cerdán y Ábalos… mientras Aldama está a verlas venir. Solo un fantasma se atisba en el horizonte: si en noviembre de 1982, la UCD desapareció después de año y medio del gobierno de Calvo Sotelo…¿desaparecerá el PSOE o Sumar? ¿los dos…? Contextos históricos diametralmente opuestos, pero en 1981 un patriota y en 2025 un villano.