La autovoladura de Compromís

Los diputados de Compromís-Sumar Àgueda Micó (2i), Alberto Ibáñez (2d) y Nahuel González (1i) recogen junto al portavoz del Grupo Parlamentario de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan baldoví
Se veía venir, dos divos (y aún menos tres) no caben en la misma pista para hacer idéntico número circense; incluso entre los payasos existen sus prototipos. Joan Baldoví era el ocurrente de gorro cónico y cara blanca con los labios muy rojos, mientras Mónica Oltra ejercía como simpática fajadora de todas las bofetadas perdidas, incluso de las feministas cuando su ex (para más inri “educador”) se pasó dos pueblos con una muchacha adolescente a la que quería instruir en las artes de Eros, y no precisamente Ramazzotti.
Y entremedias sale de la chistera nacional-independentista Àgueda Micó, toda ella una paradoja, pues habiendo sido de las que más abogó por la integración de Compromís en Sumar, aupándose a “portavoz adjunta” de los poemitas, ahora se ha convertido en adalid de romper la baraja y mandar a su amiga Irene Montero a tomar vientos para que todavía se le frunza más el ceño de marimandona permanentemente cabreada. Lógicamente los de Pablo Iglesia acusan a Micó (con acento ¿o sin?) de roedora abandonando el barco cuando se abren las grietas de las encuestas rasgando la línea de flotación y supervivencia cara a las próximas elecciones.
La “top-model política” Yolanda Díaz, ahora buscando desesperadamente el salvavidas de su supervivencia en el PSOE, comprarla por lo que vale en votos, y venderla por lo que aparenta en los medios de comunicación, ha arremetido lógicamente contra Àgueda, llamándola tránsfuga, y pareja ristra de calificaciones faltonas por promotora de la escisión; mientras la de Més Compromís responde que para ir, al menos aquí en la Comunidad Valenciana, contra el PP actual mandatario con Mazón cuestionado o un PSOE-PSPV más inútil que una llave de goma, pero que tampoco puede seguir “sumando” en Sumar (después de que haya salido huyendo la basca podemita) como necesaria y obligada pata de apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez. Por todo ello prefiere una quimérica equidistancia de todos. Y eso sin el apoyo siquiera de sus propios compañeros dirigentes en Compromís. ¿A dónde va Micó sin un sólido aparato (estructura) del partido en las principales asociaciones del País Valencià? ¿Sin préstamos bancarios (pocos se devuelven) para las campañas futuras? ¿Pedirá ayuda, vía Països Catalans secesionistas, a Junts per Catalunya o a ERC? ¿Se van a adherir Iniciativa (que la ha puesto a caer de un burro por insolidaria e ir por libre), y Verds-Ecuo, (subsidiarios del mismo partido en Cataluña), los dos asociados más importantes de este totum-revolutum que es Compromís? ¿Se erige Àgueda Micó como única portadora y portavoz del retardatado separatismo valenciano? ¿cisma de derechas, de centro o de izquierdas?
Pena y destrozo lo que está haciendo esta banda de Pancho Villa supuestamente a la izquierda de sanchismo (que no socialismo) con el capital votante que le entregaron ¿a fondo perdido? los eurocomunistas y toda aquella gente progresista, poco afecta a carnets con siglas y contrapuesta al Mariano Rajoy de las mayorías incontestables, pero irresolutas, de las indecisiones con Cataluña y el País Vasco, y de su convenientemente indeterminación gallega.
La Comunidad Valenciana, País o Regne, como gusten llamar, siempre ha necesitado ese “golpe de fuerza” nacionalista frente a Madrid (centralista y absorbente) que antaño representara Unión Valenciana para la derecha anticatalanista y ultramontana, pero acabaron fagocitados por un PP transversal y poco dado a matices ideológicos (el voto es el voto); mientras a la izquierda del PSPV, aparte de un simbólico y anecdótico Esquerra Nacionalista Valenciana los únicos referentes identitarios se sostenían y unificaban en Compromís, que obtuvo resultados nada desdeñables, al menos hasta que acabó referenciándose con los independentistas, algo que estaba muy lejos de asumirse por sus propias bases absolutamente federalistas, pero dentro del Estado español con todas las equidistancias y modelos autonomistas que se quiera, pero dentro de un Estado adscrito a la Unión Europea,.
Hoy si Podemos revienta y Sumar resta, Compromís se descompone por falta de liderazgo unificador, o por exceso de líderes y lideresas incapaces de entregarle al partido fundacional acomodos y sueldo tragándose los personalismos y asumiendo que aquí hace falta una izquierda nacionalista, pero no ese patio de Monipodio en que han convertido Compromís malbaratando lo que pudo haber sido y no es.