¿Por qué ha nombrado a Rebeca Torró?
Habrá que conocer qué relación interesada y mediada por Ximo Puig une a Rodríguez Zapatero con la nueva 'número 3' del PSOE. Y en consecuencia con Pedro Sánchez. En fin, el “sanchismo” no sale de su atolladero.

La secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró.
Algo hay, pero no sabemos el qué. Aunque es fácil intuir la causa: Rodríguez Zapatero, conocido por la farándula como “La Ceja” y en el PSOE por Zp. La Sra. Rebeca Torró, la que en su día fue concejal y teniente de alcalde de Ontinyent, en la Vall d'Albaida, ya es por voluntad del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, secretaria de Organización de los socialistas obreros españoles. Es difícil explicar como una traidora llega tan lejos.
Efectivamente, traicionó a quien la aupó en la política local, el Alcalde de Ontinyent, el sr. Rodríguez, en su día presidente de la Diputación de Valencia. Recordemos que el hoy dirigente y fundador del movimiento municipalista “Ens Uneix” fue depurado injustamente por Ximo Puig de las filas del socialismo valenciano. Con este le une una profunda animadversión común; aún recuerda amargamente como la Sra. Torró se echó a los brazos del Sr. Puig en despecho suyo.
Varias razones se han esgrimido para explicar el ascenso de la sra. Torró. Una, el plante de las feministas del PSOE ante el secretario general el viernes por la tarde en Ferraz, la sede madrileña del PSOE. Es de vergüenza el comportamiento del “trio del Peugeot” que acompañaba a Pedro Sánchez en su tournée por las primarias, Peugeot en el que este se sentaba en el asiento del copiloto. Lo escuchado en Ferraz es conocido: un partido que presume de feminista y abolicionista del comercio sexual no puede aceptar por ningún motivo que sus militantes, y menos sus dirigentes, participen de ese negocio en cualquiera de sus formas; el plante ha dado lugar a una modificación de estatutos penalizando esos comportamientos. Pero también ha inducido el necesario cambio de actitud frete al voto femenino en la proyección exterior del PSOE que aconseja el “Manual de Supervivencia”. Pero ¿es ese el motivo?
Poner al frente del aparato del PSOE a una mujer, a la par de otra como portavoz, por exigencia de la reunión del viernes y atajar el desgaste en el electorado femenino es una de las razones. Sin embargo, no parece que fuera esa la intención porque, si eso era así, ¿por qué incorpora inicialmente Pedro Sánchez al sr. Salazar, un “aparatatchi” del anterior secretario de Organización y de la Moncloa? ¿Es que no era consciente que sería rechazado por un PSOE sensibilizado con las tropelías sexuales de la “banda del Peugeot”, cuando su comportamiento ya era conocido? Y ahí no cabe que no lo sabía. Su presunta intención era el del control junto al maquillaje aparente.
Si la reunión del viernes no condicionó el nombramiento, otra conjetura es el “ascenso de los tximistas”. Bien es verdad que Rebeca Torró encontró cobijo político en Ximo Puig cuando dejo de lado al sr. Rodríguez y ascendió en el escalafón gracias a ello. Pero esa nueva relación, ¿da para tanto? Entre Ximo Puig y Pedro Sánchez existe una animadversión desde el mismo día en que el primero optó por Susana, la presidenta del PSOE de Andalucía, contra su candidatura en las primarias. Perdió su opción, ganó Pedro y pasó un viacrucis que perjudico al PSPV y a la Comunitat, hasta que se produjo la interesada reconciliación en 2023. Le pidió Puig a ZP que mediara para ser ministro al dejar el inquilinato en el palacio de la Generalitat, pero Sánchez no quiso verlo por La Moncloa. Sin embargo dio sus frutos esa mediación: un piso en Paris para él, secretarias de Estado y secretarias generales para sus afines, algunas ya al frente de un ministerio.
No le restan méritos profesionales a la nueva directora del aparato socialista, pero ese criterio lo comparte con cientos de militantes y simpatizantes
Y en ese paquete, Rebeca Torró iba incluida. De portavoz de Ximo Puig en las Cortes Valencianas a secretaria de Estado. Y de ahí a secretaria de Organización del PSOE. No le restan méritos profesionales a la nueva directora del aparato socialista, pero ese criterio lo comparte con cientos de militantes y simpatizantes. Y si una militante que no pertenece a su agrupación local porque desapareció, que su vida de partido se limita a su relación con quien la recogió y la acogió, y desconoce el funcionamiento complejo y enrevesado de un partido como el PSOE… ¿qué razón hay para que el secretario general la aúpe a los cielos del aparato?
Tendremos que recurrir al silogismo aristotélico para construir una conjetura posible. Si ZP reconcilió por interés a Ximo Puig con Pedro Sánchez, y si Rebeca Torró fue acogida por Ximo Puig, entonces Pedro Sánchez la acoge porque se la encomienda ZP. La variable independiente del silogismo es el “interés de ZP”. Es lo que habrá que conocer: qué relación interesada y mediada por Ximo Puig une a Rodríguez Zapatero con Rebeca Torro. Y en consecuencia con Pedro Sánchez. En fin, el “sanchismo” no sale de su atolladero.