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Trump y Musk: tal para cual

Necesitamos estar con los cinco sentidos alertas, porque la tendencia mundial está orbitando hacia el mayor control de los ciudadanos por parte del gobierno en el poder

Elon Musk

El polémico saludo que hizo Elon Musk durante los actos de la toma de posesión de Trump Europa Press

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En estos días se está conmemorando que hace 80 años el Ejército Rojo liberó el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. Una fecha importante para recordar, porque no debemos olvidarnos de que el Holocausto sucedió hace no mucho tiempo en realidad, y la gravedad de lo que supuso el exterminio, que acabó no solo con dos terceras partes de los judíos de Europa, sino también con miles de homosexuales y personas de otras etnias. Es una efeméride que coincide tristemente con la imperdonable payasada de Elon Musk el otro día, cuando realizó en público el saludo nazi durante el acto de celebración de la toma de posesión de Donald Trump, como presidente de los Estados Unidos. Dios los cría y ellos se juntan. No se puede banalizar el nazismo.

Vi con apenas veinte años un escalofriante documental que fue rodado en los campos de exterminio por el ejército británico y atribuido por algunos a Alfred Hitchcock, y me quedé muy impresionada con las palas excavadoras que movían los cientos de cuerpos apilados, para echarlos en fosas comunes y poder enterrarlos. Eran tantos los cuerpos que se ve que no encontraron una manera más digna y respetuosa de hacerlo. No ha sido capaz de verlo otra vez ni he ido a visitar los campos de exterminio, aunque, francamente, no lo necesito para sentir un escalofrío cuando escucho a políticos de hoy hablar en tono supremacista, como está haciendo el presidente electo norteamericano en estos días.

Dicen muchos estudiosos de la Historia que si Hitler llegó al poder fue en buena medida gracias a que su país, antes una gran potencia, estaba atravesando una crisis profunda y él infundió al pueblo la confianza en que iban a recuperar el gran imperio que habían sido. La película “La cinta blanca”, de 2009, lo explica desde una perspectiva que nos deja la zozobra en el cuerpo. La historia reflexiona sobre los orígenes del nazismo, en vísperas de la I Guerra Mundial. Si no la vieron, les recomiendo que no se la pierdan ahora. Y es que parece que se repita la Historia, cuando un pueblo que tenía mucho poder en el orden mundial ve que lo pierde, el extremismo viene como una consecuencia natural.

Necesitamos estar con los cinco sentidos alertas, porque la tendencia mundial está orbitando hacia el mayor control de los ciudadanos por parte del gobierno en el poder, así como hacia la mayor restricción de las libertades individuales, cuando no directamente su eliminación.

De su propia plataforma X, al parecer, desapareció el saludo nazi de Musk, señal inequívoca de que lo hizo porque le salió del alma, pero luego su legión de asesores y pelotas varios le haría ver que había metido la pata hasta las orejas

Trump dijo que iría contra los inmigrantes ilegales, y ya los está deportando a cientos de su país, por el artículo 33. No iba de farol y quiere dejarlo claro. Por otra parte, algunas de sus primeras medidas están siendo rechazadas por los jueces estadounidenses. Les hablo del caso del derecho a la nacionalidad norteamericana de los nacidos en Estados Unidos. En algunos países se adquiere la nacionalidad por ser hijo de un nacional del país (o ius sanguinis), en otros por haber nacido en el país (lo que se conoce como ius soli), y en otros, como en España, existe un sistema mixto. No es mi propósito darles una clase de Derecho, sino únicamente explicarles que en Estados Unidos la Constitución prevé el derecho a la nacionalidad de los nacidos en dicho país y, por tanto, un presidente -salvo que quiera conculcar la Constitución misma y ponerse el mundo por montera- no puede invalidar ese derecho sin más, porque le dé a él la gana. Ésta es una de las manifestaciones del principio de legalidad, que hace que nadie esté por encima de la ley, ni siquiera Trump ni su gran amigo Musk. Simplemente, Trump no puede hacer lo que le dé la gana solo porque tenga de rodillas a los magnates de las redes sociales más importantes del mundo, con el iluminado de Musk a la cabeza.

Corremos un peligro grande de que Trump pueda conculcar la democracia a base de manipular en redes sociales los discursos que se transmiten a los ciudadanos. De hecho, de su propia plataforma X, al parecer, desapareció el saludo nazi de Musk, señal inequívoca de que lo hizo porque le salió del alma, pero luego su legión de asesores y pelotas varios le haría ver que había metido la pata hasta las orejas. Tarde, pues ya todos les hemos visto las trazas que traen tanto el uno como el otro y no nos gustan ni un pelo.

Resulta muy preocupante que el que pretende ser el primer país del mundo tome estos derroteros contrarios a la democracia, y pretenda equiparar a los inmigrantes con delincuentes -lo que es una barbaridad, cuando, además, es un país formado por inmigrantes-, entre otros colectivos. Habrá que ver qué pasa con los derechos de los homosexuales y con los de las mujeres, y con las conquistas que tanto han costado. Miedo me da y sin duda todo esto no son buenas noticias. Los jueces tienen mucha tarea por delante y los activistas a favor de los derechos humanos, también. 

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