Hay quien no tiene NADA, después de la DANA
Nos preocupa todo su “contubernio”, esa “corte” que se ha montado a su alrededor y que está dispuesta a lo que sea, en tal de seguir formando parte de ese “círculo mágico”

Un barrio afectado por la Dana en Sedaví
Feliz fin de semana. Feliz primavera, que ya hemos entrado en ella. Felices lluvias, que no se van, siguen las borrascas sobre la península. Esta cantidad de agua nos hace pensar en una estación primaveral que se nos mostrará preciosa, florida.
Los ojos de los ciudadanos están puestos en ríos como el Tajo, el Adaja, el Manzanares, el Jarama, el Henares, el Guadalquivir, etc. en los que las lluvias han provocado un crecimiento inusual que pone en riesgo algunas zonas habitadas y, como consecuencia, a sus habitantes.
Entre las actividades que me gusta hacer cuando el tiempo no da para ir a la playa, está la de leer, me gusta devorar los libros, y la de escribir, mantengo un nivel de creación de información y documentación para mis proyectos, esos que suponen los ingresos mensuales. Así que hoy será un día dedicado a estos dos “pasatiempos” que tanta satisfacción de me dan. Les aconsejo ambas actividades.
Mientras tomo café he abierto una videoconferencia con una amiga de León, Leonor de nombre, con la que he compartido actividad profesional en una época de mi vida. Ambos enamorados de nuestro trabajo hemos sabido ofrecer servicios a clientes necesitados de organización, estrategia y éxito. Así que me siento un poco en León esta mañana. Es cierto que el café parece enfriarse con más rapidez, influido por la imagen de fondo de la ciudad en la que mi amiga Leonor hace la vida ordinaria, Valencia de Don Juan, un bello municipio, con mucha historia y, aproximadamente, unos cinco mil habitantes. El frío es protagonista en este fin de semana, así que ella habla de envidia por nuestro Levante, de una manera abierta, sin tapujos. Leonor conoce bien lo que supone pasar en Alicante una semana, disfrutar de playa y sol, aunque sea invierno. He tenido que contarle hoy que estamos en una etapa atípica, en la que la lluvia ha decidido acompañarnos todos los días en estas últimas semanas.
Leonor, experta en Derecho, me habla de los difíciles momentos en los que nos encontramos, porque parece que los Tribunales viven contra las Instituciones y éstas no tienen ningún respeto por los Juzgados. Esto provoca una situación de desorientación dentro del mundo del Derecho, que tiene difícil solución, si no vuelve pronto a estar todo alineado. Es una preocupación de aquellos que ejercen esta difícil disciplina, aunque estén viviendo fuera de la capital de España.
Ambos convenimos en que no nos preocupa Sánchez, nos preocupa todo su “contubernio”, esa “corte” que se ha montado a su alrededor y que está dispuesta a lo que sea, en tal de seguir formando parte de ese “círculo mágico”.
Hablando de cómo está planteada la vida en la actualidad, nos damos cuenta de que parece que estuviéramos viviendo una nueva burbuja inmobiliaria. Yo le digo que esto no es una burbuja, es un globo aerostático, por lo grande que se va haciendo. Los precios del metro cuadrado suben y suben y parece que no tuvieran un final. Aunque las estadísticas hablan de aparentes pequeñas subidas, en la vida práctica, en mi barrio, una vivienda que valía 195.000 €, solo un lustro después vale 287.000 €, casi un 50% más y más vale comprarla ahora, si tienes necesidad, porque como te esperes una semana, costará 320.000 €. Esta realidad puede terminar en un reventón de consecuencias incalculables.
Leonor me cuenta que se hizo monárquica cuando empezó a tener cierta relevancia la Princesa de Asturias, que así se llama también, Leonor. Le entró por el ojo. Así que, ahora, está al tanto de los pasos de nuestro Feliz VI y le parece muy bien ese seguimiento que éste va haciendo de la reconstrucción de las zonas afectadas por la Dana. Parece mentira que sea el único que parece que tiene la idea clara de aportar y obvia cualquier desacuerdo para impulsar el apoyo a quienes necesitan rehacer su vida, en algunos casos, partiendo de la NADA, que es lo que les dejo la DANA. Escalofriante juego de palabras.
Mazón ejerce de “funambulista”, subido a la cuerda, intentando mantenerse en pie. No es fácil. Ha iniciado la tarea de ponerse delante de un grupo de familias, damnificadas por la DANA, todos los días, para escucharlos, pedirles perdón y explicarles que ha asumido la responsabilidad de la reconstrucción. Mi duda es si esto le dará algún resultado para no ser derribado en breve, hasta por los suyos.
Cuando venga Leonor a Levante, me ha prometido que me hará un “bacalao molinero”, plato con el que se te olvidan todos los problemas, mientras dura la ingesta y la digestión. Bacalao, pan de hogaza y pimentón, son los elementos fundamentales de este delirio gastronómico. Cuando nos ponemos a ello, buscamos un vino de León y otro “monastrell”, para acompañarlo, entrando en una discusión sobre cuál de los dos marida mejor. Al final siempre sucede lo mismo, gana el último consumido, según nuestra experiencia de los últimos años.
Me despido de ella con añoranza de visitarla en aquella tierra, tan bella, tan sosegada, tan propia de la naturaleza. Cierro la videoconferencia con mi último trago de café y me dispongo a visitar el mercado, a por producto de proximidad, a por alimentos lo más naturales posibles, a admirar al sector primario que sigue ofreciéndonos lo mejor de la tierra.
Feliz descanso, sean felices y procuren amar.
Como siempre, servidor de ustedes…