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Las coaliciones por interés: Modelo Tripartito

Los acuerdos entre partidos se antojan necesarias para la gobernabilidad. La percepción de la ciudadanía de estos pactos suele estar más próximo al interés particular que no al general.

Rotonda en Cheste

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El diálogo, el entendimiento, la comunicación, el trabajo en equipo, las coaliciones… son palabras todas ellas capaces de definir actitudes o acciones positivas, en cualquier ámbito de la vida, y como no, también en el político.

Aunque la realidad en la que vivimos ha hecho que en lo político las coaliciones sean para la mente de cualquier ciudadano sinónimo de desgobierno, de paralización, de incoherencia entre mensaje y acción, de demagogia en ideas y decisiones, de luchas de poder, de compartimentos estancos, de falta de proyectos y de liderazgos débiles. Una realidad en la que se visualiza demasiado el interés particular, partidista, y poco o nada el colectivo.

Y esa misma es la realidad de esta Legislatura en todos los ámbitos territoriales de nuestra Comunidad; Generalitat, Diputación, Ayuntamientos y Mancomunidades. Se perciben “bicefalias“ en el poder, se distorsionan las “varas de mando”, se alternan los alcaldes y presidentes como si la gestión pudiera caminar al margen de sus dirigentes; y el resultado es evidente, desconcierto e ineficacia.

Y lo peor, es que se está perdiendo una oportunidad excelente para demostrarle a la gente que verdaderamente es posible trabajar por los demás desde lo público, que existe una verdadera y sana intención en los gobiernos para con los demás, que se lucha por el bienestar de las personas y no por poderes que tiendan a perpetuarse. Que es buena la alternancia, sana y enriquecedora.

Como defensora del gobierno municipal, confío en los pueblos, en los alcaldes y sus ayuntamientos, que una vez más con su trabajo y cercanía, tienen la responsabilidad de dar otra versión de tripartitos a su gente. En gobiernos de izquierdas, o de derechas, o mejor en coaliciones en los que ambos se entiendan y desarrollen políticas por el bien común. Y les digo que es posible, yo misma llevé adelante una coalición durante cuatro años (95-99) con Izquierda Unida, en mi pueblo, Cheste, y conseguimos poner en marcha una iniciativa tal como es el Circuito de Velocidad.

Aunque siendo realista, veo que a partir de ahora, en el año y medio escaso que queda hasta las próximas elecciones autonómicas y municipales, las fricciones se van a agudizar, la distancia entre los miembros de los pactos será mayor, se marcaran las diferencias y se expondrán cada vez más las siglas. Se trabajará para airear las debilidades, del hasta ahora hermano político, y por supuesto se abandonará la gestión. Otra vez el ciudadano desprotegido y desamparado a su suerte.

Los Tripartitos, han sido una mala experiencia.

(*) Abogada y expolítica.

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