ESdiario

García Page insiste en la ruina agropecuaria y turística del Sureste español

Quién tanto presume de la solidaridad interregional, ¿dónde queda la suya?

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a su salida de una reunión del Comité Federal del PSOE.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a su salida de una reunión del Comité Federal del PSOE.Carlos Lujan

Creado:

Actualizado:

Emiliano García-Page, es un verso suelto en el PSOE de Pedro Sánchez, una imitación carismática de Pepe Bono, incluida la pronunciación manchega del castellano, y la reivindicación federal de su región en una España de las autono-suyas, cuando no de taifas prácticamente independientes del Califato madrileño, pero careciendo del maquiavelismo positivista y posibilista que tenía aquel albaceteño recriado en los jesuitas de Alicante.

En el 41 congreso de ese socialismo que va desde la espartana honestidad decimonónica del fundador, el tipógrafo Pablo Iglesias, hasta la socialdemocracia target siglo XXI, liderada por un licenciado y doctor en economía y empresas (capitalismo), se han aparcado las discusiones ideológicas, las baronías fronterizas y las habituales diferencias entre sindicalistas y políticos con mando en plaza, para entronizar, aún más si cabe después de los últimos cuatro congresos, a Pedro Sánchez como presidente-imperatorio de todas las Españas. El Boss, el número uno, alabado sea.

Por eso, y por la clarísima falta de sintonía entre el presidente del Gobierno de la nación, y el toledano de Castilla-La Mancha, éste último ha tenido que hacerse notar reivindicando que sigue siendo alguien en el partido, que el enemigo no está en los jueces, sino en el PP, y que cuidado con las manos acercándolas al crematorio de los medios de comunicación, sin acordarse de que precisamente a él esos medios calificados de fachendosos son aquellos que más cancha le dan propiamente.

Pero y no conforme con su controlado desviacionismo de la línea oficial impuesta en Moncloa, de paso que el trasvase Tajo-Segura pasa por su tierra para regar lo que antes eran desérticos baldíos en Alicante, Murcia y Almería, y hoy son preeminentes bancales hortofrutícolas en la llamada “Huerta de Europa”, descargando alimentos todas las mañanas en las principales lonjas de la UE, va y suelta este singularísimo García-Page que hay que dinamitar el aboque del Tajo al Segura, aunque cueste la ruina y el paro de miles de agricultores, transportistas y exportadores de cítricos y hortalizas, en beneficio de las naciones del Magreb que no tardarían ni 1 minuto en proveer al Viejo Continente de todo el vegetarianismo necesario, empezando por la agricultura de primor. Dicho esto, por quién tanto presume de la solidaridad interregional, ¿dónde queda la suya?

Lo del famoso y necesario trasvase se remonta a la II República, y hay historiadores que lo sitúan incluso más atrás intencionalmente. Lo hizo Franco porque se lo aconsejaron los tecnócratas del Opus Dei advirtiéndole que no sólo beneficiaría a una agricultura muchísimo más rentable que la del cereal, sino a un turismo que entonces comenzaba a bajar en avalanchas desde Centroeuropa y Gran Bretaña después, y que necesitábamos agua dulce sobrada para abastecimiento vital e higiénico mayormente. Con la democracia han sido muchos los presidentes castellanomanchegos posicionados contra autonomías limítrofes como la valenciana, murciana o andaluza, pero ninguno ha obtenido mejores resultados porque los votos mandan, esta es una decisión que solamente puede ordenar y tomar el Gobierno central, sea de derechas de izquierdas o coaligados, y basta hacer un recuento de escaños tanto en el Senado como en el Congreso para convenir en las escasas, por no decir ninguna posibilidad de cortar el grifo al sureste agropecuario español.

García-Page practica el populismo de mosca cojonera contra Pedro Sánchez (frente al PP se da por supuesto y sabido, faltaría menos), en la convicción de que más tarde que temprano el centroderecha sustituya al ya muy desgastado PSOE, pseudo anarco-comunistas y colegas independentistas como caballo de Troya asaltando el Madrid borbónico, y ese será su momento de brincar de la toledana calle Bajada del Calvario al Palacio de las Cortes para presentarse como regeneradora alternativa tras la derrota socialista que, y por descontado, obligará a la dimisión de los responsables que ya buscan puestos en Europa donde colocarse cuando llegue la gran debacle.

A ver qué dice ahora el ilicitano Alejandro Soler que ya está en la nueva ejecutiva del PSOE, y bastante conoce del agua que le llega con el trasvase a su pueblo, Elche, del que fue alcalde (por algo le han dado la Secretaría de Política Municipal) y mucho supo de las protestas de los agricultores ilicitanos y en general de la Vega Baja y el Vinalopó cuando se ha producido algún corte debido a obras de saneamiento, (el último en Albacete en 2024), por no hablar del campo de Lorca o la almeriense comarca del Bajo Almanzora.

Mantenga su liderazgo en Castilla-La Mancha, Don Emiliano, si no le están haciendo ya la cusqui buscando un sustituto, como en Andalucía o Madrid, pero no nos proponga usted la ruina exportadora a quienes, aunque no lo votamos directamente, sí que podemos provocársela a su jefe de partido, Pedro Sánchez. ¿Quizás prefiere que gobierne en toda la nación Alberto Núñez Feijóo en coalición con Abascal? Con el caso que le hacen en su formación política, tal vez le vaya mejor así.

tracking