Pedro Sánchez entra en frenesí demonizando al PP y usando la tragedia de la riada para aupar a Morant

El presidente Pedro Sánchez ha vuelto a Valencia, pero no a la zona afectada por la riada. Regresa para bendecir a la ministra Diana Morant como líder del PSPV en el XV Congreso, un paso más en su estrategia de dominar las autonomías colocando a sus ministros como líderes territoriales para recuperar los bastiones del PP. En el Palacio de Congresos, Sánchez ha entrado en frenesí con un discurso radicalizado en el que demoniza al PP situándolo como un "peligro" para la sociedad y usando la tragedia de la dana para aupar a Morant.

El 'jefe' se ha dado un baño de masas entre los suyos en una entrada triunfalista al son de "boss" la canción de 7sees. Primero se ha sentado entre Diana Morant y Ximo Puig, a quien le ha lanzado varios guiño simpáticos pese a desterrarle a París. Primero Diana Morant y luego Sánchez, ambos han sacado tajada de la tragedia de la dana, usándola como base de su argumento en la mañana previa a la manifestación contra el presidente Carlos Mazón convocada esta misma tarde, un acto más de la agenda del cónclave a la que asistirán los militantes del PSOE. 

En este Congreso se ha visto a un Pedro Sánchez radicalizado con un discurso maniqueísta. Demonizando al PP, él dice estar situado "en el lado correcto de la historia", mientras que el PP y Vox representan "un peligro público para la seguridad de las personas", ha llegado a exclamar rozando el delirio. "No estuvieron en la tragedia y no están en la reconstrucción", asegura el presidente que salió apaleado de Paiporta y no ha vuelto, quien tardó en enviar la ayuda de los militares 7 días y casi tres meses en solicitar los fondos a Europa. Sánchez ha sacado, también para atacar al PP, el bulo del supuesto desmantelamiento de la Unidad Valenciana de Emergencias por parte del gobierno de Mazón, una unidad que en realidad no existía dado que el Botànic no llegó a materializarla. También ha dado réplica al presidente valenciano. Si Mazón se quejaba de que Sánchez envía antes ayudas a Gaza que a Valencia, Sánchez contraataca con que "está banalizando los asesinatos". En un gesto de acercamiento a las tradicionales valencianas ha comparado que "el PP y Vox y su negacionismo son como l'arroç empastrat". Con sus proclamas, Sánchez ha agitado al público en distintas ocasiones y el fervor contra Mazón ha desbordado el Congreso cuando cientos de militantes gritaban al unísono "Mazón dimisión". 

La idea del PSOE, para relanzar a Diana Morant es construir un relato hipotético en el que "con Diana no habría pasado" la catástrofe. En palabras de Pedro Sánchez, pues el día anterior la delegada del Gobierno Pilar Bernabé favorita para un sector del PSPV, sostenía que "con Ximo Puig" es con quien "no se habría sufrido tanto", evidenciando así la fractura interna entre las distintas sensibilidades del partido que se dirimirán en un proceso de purga interna en los próximos congresos provinciales. 

Además de la dana, Sánchez se ha mofado del giro del PP con el decreto ómnibus. "Qué si sí, qué si no, qué si sí", decía con rintintin aludiendo al voto a favor del PP al decreto social ahora que el Gobierno ha sacado del totum revolutum los nuevos impuestos. "Votan que no, dicen, para no hacerle el juego al malvado Sánchez, es decir, no le importa nada los pensionistas", ha dicho. En el contexto del "negacionismo" de la derecha, hasta ha lanzado un dardo contra la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, por "destruir" carriles bici. 

La economía española ya no va en "cohete", ahora navega en barco. Una vez más ha vuelto a sacar de los datos de crecimiento económico. "La economía va viento en popa y a toda vela rumbo al empleo en 2027", ha celebrado. La clase media desapareciendo, sueldos que no dan para pagar el alquiler, pero Pedro Sánchez saca pecho de la subida del salario mínimo. El paro juvenil es de los más altos de Europa, pero Pedro Sánchez presume de los datos de empleo. Y es que al presidente se le da bien disimular las cifras vergonzosas sacando a relucir aquellos en los que España destaca, un mensaje que convence a los militantes. Sus objetivos marcados: que la industria suponga el 20% del PIB y que el 6% de las viviendas sean públicas, además de recuperar la Comunidad Valenciana en las próximas elecciones de la mano de Diana Morant.