Florentino decide: el fichaje tiene que ser Kane... a un precio justo

Para el postBenzema, un huracán: Harry Kane. El delantero inglés, 29 años (en julio cumple 30) es el elegido por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, para reemplazar al segundo goleador histórico del club blanco tras su sorprendente marcha del club. El martes fue el día elegido para celebrar la Junta Directiva "de los lunes", la tradicional reunión semanal de los mandamases blancos. Y la decisión, en medio de un ambiente funerario, está tomada.

Será Harry Kane, el delantero centro titular de la selección inglesa, el objetivo de mercado prioritario del conjunto blanco. Kai Havertz, del Chelsea, ha quedado descartado. Kane, el futbolista más parecido por condiciones y liderazgo a o que era Benzema que puede haber en el mercado, ha marcado 213 goles en 320 partidos en una competición tan exigente como la Premier League, la liga inglesa. Es, pues, un seguro de vida. Pero el mayor problema es el club en el que juega: el Tottenham.

Bien es cierto que Kane acaba contrato con los Spurs el 30 de junio de 2024 y que quiere probar un nuevo desafío, pero el Real Madrid conoce de primera mano las complicaciones de negociar con el conjunto del Nortes de Londres, de propiedad judía y afincado en un barrio con la misma tradición religiosa. Florentino Pérez tiene la experiencia de haber sacado de allí a Bale y a Modric en el pasado, sin que los Spurs perdonaran un céntimo en la negociación. Inviable.

Kane tiene un valor de mercado de 90 millones de euros porque su relación contractual con los Spurs acaba en un año, pero el Real Madrid está dispuesto a llegar a los 75-80. Ni uno más. Los rumores apuntan, pese a todo, que Levy está pidiendo 120 kilos por el delantero internacional de los pross, una cifra que el club blanco no alcanzaría bajo ningún concepto.

Ambiente funerario

Más allá de las decisiones deportivas, el ambiente en la Junta Directiva fue de enorme tristeza. El varapalo de la marcha de Karim Benzema de imprevisto se vio acompañado por la notificación oficial de la Juventus en la que comunicaba su decisión de bajarse de la Superliga europea, que queda ya como un torneo de amistoso de verano eterno entre el Madrid y el Barcelona. El posterior cruce de declaraciones entre unos (la Superliga, acusando a la UEFA de coaccionar a la Juve) y otros (la propia Juve, diciendo que las acusaciones de la Superliga son falsas) no hacen sino añadir otro capítulo bochornoso a una competición cuyo parto fue de nalgas y que no ha mejorado en año y medio.