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getafe 0 - 1 real madrid

Un gol de Güler da la victoria al Real Madrid, pero las lesiones ensombrecen la noche

Arda Guler celebra su gol al GetafeOscar J. Barroso

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El Real Madrid se impuso por la mínima al Getafe (0-1) en un partido áspero, marcado por el juego físico habitual de los equipos de José Bordalás, y se mantiene a la estela del Barcelona en la clasificación, manteniendo viva la llama por LaLiga. El tanto de Arda Güler, en el minuto 22, sirvió para sumar tres puntos en el Coliseum, pero la victoria dejó un sabor amargo por culpa de las lesiones.

David Alaba y Eduardo Camavinga abandonaron el campo con molestias físicas que hacen saltar las alarmas en la casa blanca a escasos días de la final de Copa del Rey ante el FC Barcelona, este sábado. El francés se dolía del muslo derecho y Alaba sufrió un fuerte golpe en la rodilla. Ambos son seria duda para el partido ante los de Flick, como confirmó Carlo Ancelotti tras el duelo en Getafe.

Carletto optó por rotar pensando en esa final copera, dejando en el banquillo a varias de sus piezas clave. Arda Güler, uno de los más reclamados por la afición, aprovechó su oportunidad con una definición brillante con un remate desde la frontal. El joven turco sigue pidiendo paso a base de talento, aunque su exasperante frialdad no le ayuda demasiado.

El partido, trabado y bronco, no permitió lucimientos. El Getafe no escatimó en intensidad con el colegiado excesivamente recatado con las amonestaciones. Bordalás aplaudía cada entrada como si fuera un gol y el público respondió con la habitual hostilidad hacia los blancos.

Tirón de orejas a Endrick

Otro de los focos estaba en Endrick, que tuvo una clara ocasión para estrenarse con el Madrid pero optó por una vaselina innecesaria en lugar de encarar al portero. “Eso no se hace, no a este nivel”, fue el tirón de orejas de Ancelotti tras el encuentro. El joven brasileño sigue en periodo de aprendizaje... y bajo la lupa.

Así, el Madrid gana, pero pierde efectivos y se lleva una preocupación mayor que los tres puntos. El sábado se viene una final... y también una prueba de fuego para el futuro de Ancelotti.

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