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Rubén Rondón, el luchador que planta cara al bullying más allá del ring

El campeón Internacional de Artes Marciales está muy comprometido con eliminar esa lacra en las aulas y firma un convenio con la asociación española NACE (No al Acoso Escolar)

Ángel García (manager), Carmen Cabestany (presidenta de NACE) y Rubén Rondón, en el Congreso de los Diputados.

Ángel García (manager), Carmen Cabestany (presidenta de NACE) y Rubén Rondón, en el Congreso de los Diputados.

David Lozano
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No todo el mundo que sube a un ring sabe bajar a la calle y enfrentarse a los verdaderos combates de la vida. Pero Rubén Rondón, seis veces campeón de España y bicampeón internacional de deportes de contacto, lo tiene claro: el bullying no se combate solo con discursos, sino con ejemplo, experiencia y acción. Por eso, coincidiendo con el Día Internacional contra el Acoso Escolar, se ha unido a NACE (No Al Acoso Escolar), una de las asociaciones más combativas en esta causa, presidida por Carmen Cabestany.

Rondón no habla desde la barrera. Conoció el acoso escolar en carne propia durante sus años en Valladolid. Le costó dos cambios de centro y muchas heridas invisibles que solo empezó a curar cuando descubrió las artes marciales. “Me ayudaron a recuperar la seguridad, a entender que la fuerza también está en la actitud”, confiesa. Y desde entonces no ha dejado de pelear, dentro y fuera del tatami.

Ahora, en plena cuenta atrás para su próxima competición, Rubén Rondón ha querido dar un paso más. Con NACE como aliada, aportará su testimonio personal para visibilizar una lacra que sigue arrasando silencios en las aulas. Porque no basta con mirar, hay que actuar.

Su mensaje es tan rotundo como él: aprender a defenderse es un derecho. Pero ojo: no se trata de enseñar a devolver golpes, sino de construir confianza, autoestima y herramientas emocionales para desactivar al agresor antes del primer empujón.

“La clave está en la actitud, en cómo caminas, cómo miras, cómo te plantas. El acosador no elige a cualquiera, siempre busca al más frágil”, asegura. Por eso, cree que las artes marciales —bien enseñadas— pueden ser un arma poderosa para prevenir antes que curar.

Pero Rubén Rondón, conocido como Rubenthai en las redes sociales donde tiene miles de seguidores, no se queda en lo individual. Reclama respuestas colectivas y urgentes. “No podemos esperar al primer suicidio del año para hablar del problema”, advierte. Y lanza un mensaje claro: hay que actuar rápido, con protocolos reales, con formación a docentes, con respaldo judicial, y sobre todo, con el compromiso de las familias —de la víctima y del agresor—. Porque si el sistema reacciona tarde o protege al centro antes que al menor, ya vamos perdiendo por KO técnico.

El compromiso social de Rubén no es nuevo ni impostado. Participó en la campaña Asuntos Pendientes del Plan Internacional y ha intervenido en espacios como Madrid Directo (Telemadrid), donde debatió con el primer Defensor del Menor, Javier Urra. No busca focos, pero sabe que su visibilidad puede servir para algo más grande que una medalla.

“Si con lo que hago puedo mejorar la vida de un solo niño o sumar a alguien más a la causa, ya habrá valido la pena”, dice con la misma serenidad con la que lanza un directo al corazón del problema.

Rondón demuestra que ser campeón no es solo cuestión de títulos. También lo es de valores, de compromiso, y de no olvidarse nunca del niño que un día fue.

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