Aena y Almeida entierran el hacha de guerra para ayudar a las 400 personas sin hogar en Barajas
El presidente de Aena, Maurici Lucena, apuesta por dejar atrás las tensiones con el Ayuntamiento de Madrid y centrarse en un censo que dé soluciones reales a las personas que pernoctan en el aeropuerto, aunque critica el “envenenamiento” institucional del debate.

El presidente de Aena, Maurici Lucena, atiende a los medios de comunicación tras una reunión con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en la Sede de AENA.
La crisis de las cerca de 400 personas sin hogar que duermen en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas ha abierto una puerta a la colaboración entre Aena y el Ayuntamiento de Madrid, liderado por José Luis Martínez-Almeida. En una entrevista en Antena 3, el presidente de Aena, Maurici Lucena, ha defendido un “pelillos a la mar” para superar las diferencias que han marcado meses de cruces de declaraciones, señalando que el debate se “envenenó” en el plano institucional, mientras las reuniones técnicas entre ambas partes nunca se interrumpieron.
Lucena ha anunciado que Aena financiará un censo para identificar los perfiles de estas personas, un paso clave para que los Servicios Sociales municipales y el Tercer Sector puedan ofrecerles una atención digna y personalizada.
Con un tono conciliador, Lucena expresó su satisfacción por el principio de acuerdo alcanzado con el Ayuntamiento, pero no sin remarcar que la responsabilidad principal recae en los poderes públicos, no en Aena como gestor aeroportuario. “Este es un tema que afecta a un colectivo que merece toda la delicadeza”, afirmó, refiriéndose a las personas sin hogar que han convertido el aeropuerto en su refugio.
El censo, según el presidente, no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para entender quiénes son estas personas y cómo ayudarlas, evitando que el foco mediático desvíe la atención de lo verdaderamente importante: soluciones reales para quienes viven en condiciones de extrema vulnerabilidad. La colaboración entre Aena y Almeida marca un punto de inflexión, pero el desafío sigue siendo dar una respuesta humana y efectiva a una crisis que no puede esperar.