Fedea urge retrasar el cierre de Almaraz hasta 2030 y alerta del fiasco en los objetivos de hidrógeno y eólica

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha puesto sobre la mesa una propuesta clara: retrasar el cierre de la central nuclear de Almaraz, previsto para 2027 y 2028, hasta al menos 2030. En un encuentro informativo celebrado este lunes para presentar su Observatorio del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, el investigador Diego Martínez calificó esta medida como “lógica y sensata” para responder a las necesidades energéticas del país. 

Según Fedea, modificar el protocolo de cierre firmado en 2019 no requiere grandes cambios legales, apenas una orden ministerial, y sería un paso en defensa del interés general, evitando una mayor dependencia de los ciclos combinados de gas que encarecerían la factura de los consumidores.

El informe de Fedea no se queda ahí y lanza una advertencia preocupante: España está lejos de cumplir los ambiciosos objetivos del PNIEC. Mientras que la fotovoltaica avanza por buen camino, con 76,4 gigavatios (GW) factibles para 2030, la eólica no alcanzará los 62 GW previstos debido a trabas administrativas que frenan nuevos parques y la repotenciación de los existentes. Más grave aún es el panorama del hidrógeno renovable, donde los 12 GW de electrolizadores planeados para 2030 son “imposibles” de lograr, con las primeras plantas no operativas hasta 2028. 

El almacenamiento, clave para las renovables, y el crecimiento de la demanda eléctrica, proyectado en un 44%, también se tambalean. Martínez subrayó que estas metas irreales, unidas a una fiscalidad excesiva sobre las nucleares, como el impuesto a la generación que paga el consumidor, comprometen la transición energética y la economía de miles de hogares. 

“No se trata de defender intereses privados, sino de proteger a los españoles de un sistema energético que no está preparado para el futuro”, afirmó.