Los Presupuestos de 2024 encallan en el Senado: así no se puede gobernar

"Llámenme clásico, pero sin presupuestos creo que no se puede gobernar”. Eso dijo Pedro Sánchez en 2019 como justificación para adelantar las elecciones ocho meses después de llegar al poder a través de una moción de censura contra Mariano Rajoy. Una vez más, la palabra del presidente del Gobierno carece de valor si nos atenemos a lo que está diciendo el Ejecutivo en los últimos días.

Ante el temor de que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2024 encallen, la vicepresidenta y ministra de Economía, María Jesús Montero, ha dejado muy claro en varias ocasiones que la legislatura va a continuar sin ningún problema con los presupuestos de 2023 prorrogados ya de hecho desde el pasado 1 de enero.

Y es que el futuro de las cuentas públicas parece complicado. Este mismo miércoles la mayoría absoluta del PP en el Senado va a vetar el techo de gasto y los objetivos de déficit y deuda que plantea el Gobierno para elaborar los PGE y eso va a hacer este miércoles que la ley decaiga y se devuelva a la Moncloa.

Aunque desde el Ejecutivo barajan fórmulas, triquiñuelas, para intentar burlar ese veto, lo cierto es que eso no parece nada sencillo y por ahora los Presupuestos para 2024 van a quedar en dique seco. En todo caso, y aunque Sánchez lograra torcer la interpretación de la ley -aseguran desde Moncloa que cuentan con un informe de la Abogacía del Estado- quedaría un segundo escollo: Junts.

De momento, con la ley de amnistía atascada en el Congreso, el apoyo de los de Puigdemont a los PGE se antoja muy difícil. Junts está ideológicamente en las antípodas del PSOE y si apoya las cuentas públicas de Sánchez solo será como parte de un trueque en el que el borrado de los delitos de los separatistas ocupa un lugar irrenunciable.

Así que el Gobierno ya tiene en mente su ‘plan B’, gobernar con los presupuestos prorrogados. Sin embargo, eso que no es la primera vez que sucede, tiene fecha de caducidad. Una cosa es aguantar un año con las cuentas caducadas y otra es aguantar así dos, tres o cuatro. Y si el Gobierno no logra sacarlos adelante este año, bien por el veto del PP en el Senado o por la negativa de Junts a apoyarlos sin amnistía, nada hace pensar que en 2025 las circunstancias cambiarían.

Así que Sánchez puede enrocarse un año en la Moncloa sin cuentas, “sin gobernar”, como él mismo decía. Más allá de eso parece imposible. Así que si los PGE de 2024 no ven la luz, lo más lógico y lo más democrático sería convocar a los españoles a las urnas en 2025 como tarde. Aunque, claro, no tenemos un presidente del Gobierno convencional, tenemos a Pedro Sánchez.