La universalidad de la Dama de Elche

Menos mal que ha sido una hormiga y no un insecto de mayor tamaño y bastante repudiado por la población el que ha alterado el eterno descanso de la Dama de Elche. Y es que supongo que por la supuesta rendija por la que se ha “colado” el atrevido insecto en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), donde se expone el busto, no es lo suficientemente grande para una cucaracha madrileña; esos bichejos negros, supongo que también centralistas, que tanto asco dan a cierto personal de Compromís. Las declaraciones recogidas por El País del senador Carles Mulet son para enmarcar.

Lo que desde mi punto de vista no es más que una anécdota la han intentado convertir en una afrenta a todo el pueblo de Elche, cosa de todo punto exagerada, pero ya saben que la esencia del nacionalismo es el victimismo. Parece como si se sintieran superiores al resto de mortales, y a lo mejor lo son, no lo discuto, pero en Valencia, Alicante, Elche, Sax y en Murcia, por nombrar a otras localidades, también existen las hormigas. Aunque seguro que ninguna tan atrevida como “la chulapa” madrileña que se coló en la vitrina de tan ilustre personaje. Por cierto, seguro que el insecto no nació en la capital. Ya saben que Madrid es una ciudad destartalada, fea, llena de humo, nada acogedora y sin identidad propia. Nadie es de allí, les falla su RH.

Es absolutamente legítimo que Elche reclame la vuelta definitiva del busto. De hecho, cuando estuvo de forma provisional, hubo un éxito de visitas y fue todo un orgullo para la ciudad. Pero que tampoco se exagere, en todas las tertulias, incluida la de los bares, no fue el tema estrella.

También es cierto que todos los partidos políticos con representación en el Consistorio ilicitano quieren que vuelva. Unos de forma provisional –los más realistas- y otros definitiva, muy legítimo. Incluso el alcalde Carlos González y colectivos ciudadanos como Elche Piensa, proponen crear una subsede del MAN en la ciudad. Idea plausible y realizable, sin duda.

Pero hablar como dice el senador nacionalista de que “eso no hubiera pasado de estar la Dama en su lugar de origen” es atrevido e insensato. Creo que Madrid como cualquier otra ciudad de España está más que preparado para albergar obras de este calibre.

Este señor dice que la Dama pertenece al pueblo valenciano. En todo caso la propiedad sería de los íberos, (siglo V a.C.) que llegaron antes, o no. Igual estos nacionalistas estaban desde el principio de los tiempos. ¡Qué horror!

Y otro apunte para este “acertado” senador. Si se da una vuelva por Elche o Alicante la mayoría habla de ilicitanos y alicantinos, lo de valencianos no lo llevan muy bien. Es el problema de que se llame la autonomía Comunidad Valenciana. Pero como la cultura la controla quien la controla, en unos años tendremos otro cantón independiente; todo el mundo tranquilo, que si algo no cuadra hago a Miguel Hernández catalán.

También me parece curiosa la respuesta del Museo Arqueológico Nacional diciendo que a la escultura no le ha hecho ningún daño la hormiga porque está realizada en piedra caliza. En fin, propongo que se haga la autopsia al bichillo y que se descubra su origen por si posee algún tipo de arma de destrucción masiva.

Que la Dama esté en Elche o en Madrid no tiene la relevancia que se le quiere dar. Las dos opciones son plausibles y recomendables. En Elche por su simbología y porque puede ser un reclamo a un turismo cultural cada vez más en auge. Y en la despreciada capital porque pueden verla al año millones de personas.

Y por último recordarle al senador, que lo sabe de sobra, que el busto apareció por casualidad en L’ Alcudia en 1897 y fue comprado por poco dinero por un arqueólogo francés. El nombre lo recibió en el Museo del Louvre, donde no hay hormigas pero sí que ha habido alguna que otra inundación, para retornar a España gracias a un acuerdo entre Franco y el gobierno de Vichy. Por lo tanto, ¿de quién es la Dama? De todos, es universal. Y aquí no cabe ninguna nacionalidad.