La evolución económica del injerto capilar: más allá de la estética

Un análisis realizado en 2023  por  World Population Review mostraba cómo la genética y otros factores influyen en la prevalencia de la calvicie en distintas naciones, y en Europa la primera posición la ocupa República Checa con un impacto del 42,79%. En segundo lugar se posiciona España con un 42,6%, y esta realidad hace que en nuestro país el negocio de los injertos capilares haya prosperado con fuerza.

El trasplante capilar, una solución para la pérdida de cabello, ha experimentado una notable evolución desde sus inicios hasta las técnicas avanzadas que conocemos hoy. Si bien gran parte de la atención se centra en los resultados estéticos, no podemos pasar por alto el aspecto económico de este procedimiento. En las primeras etapas del injerto capilar, los procedimientos eran costosos y no siempre accesibles para todos. La tecnología y la experiencia médica eran además limitadas.

Con el tiempo, la competencia entre clínicas y avances tecnológicos ha influido en los costos. Las técnicas más modernas, como el trasplante capilar FUE (Extracción de Unidades Foliculares), han permitido una mayor precisión y una recuperación más rápida. Esto ha llevado a una mayor demanda y, en algunos casos, a una disminución de los precios, fomentado en nuestro caso también por la competencia ejercida por parte de las clínicas de trasplante capilar en Turquía.

¿Por qué nos quedamos calvos?

Según revela la Asociación Americana de Pérdida de Cabello (AHLA), la calvicie de patrón masculino, continúa siendo la principal causa de pérdida de cabello en hombre. Esto se debe a la sensibilidad genética  dihidrotestosterona (DHT), una hormona derivada de la testosterona que contribuye al adelgazamiento y pérdida de cabello en áreas específicas del cuero cabelludo.

A medida que los hombres envejecen, la conversión de testosterona en DHT tiende a aumentar, explicando en parte por qué la probabilidad de sufrir pérdida de cabello aumenta con la edad. Según datos de la AHLA, alrededor del 85% de los hombres tendrán cabello significativamente más delgado para los 50 años, y sorprendentemente, el 25% comenzará a experimentar calvicie antes de cumplir los 21 años.

Aunque es más frecuente que el hombre acabe con calvicie, la mujer también puede padecerla. 

La alopecia en mujeres se caracteriza por una pérdida de densidad capilar en áreas visibles del cuero cabelludo, como la parte superior y delantera, debido tanto a la caída del cabello como a su adelgazamiento. A diferencia de los hombres, la calvicie total es extremadamente rara en mujeres, pero pueden experimentar un adelgazamiento progresivo en la parte frontal y la línea central superior, extendiéndose luego a los lados y la coronilla, aunque manteniendo una densidad mínima de cabello. Este fenómeno se conoce como calvicie de patrón femenino y suele ser permanente.

Las causas de la alopecia femenina pueden ser diversas, destacando los desequilibrios hormonales que ocurren después de la menopausia, con una disminución de los estrógenos y un aumento de los andrógenos (hormonas masculinas). En mujeres mayores de 60 años, y a veces incluso antes durante la premenopausia, es común el aclaramiento del cabello, a menudo acompañado de un aumento de la vellosidad facial y en otras áreas del cuerpo, conocido como hiperandrogenismo.

Cómo afecta a la sociedad 

La pérdida de cabello es una preocupación estética y emocional para muchas personas. Debido a que no solo afecta a la apariencia física, sino también la autoestima y la confianza en uno mismo. Sin embargo, con los avances en la tecnología médica, el implante capilar ha surgido como una solución efectiva para abordar este problema.

El  implante capilar ofrece una solución permanente para restaurar el cabello perdido. A través de técnicas avanzadas, los profesionales médicos pueden redistribuir cabello de áreas donantes a las zonas afectadas, logrando resultados naturales y duraderos. Esta restauración estética no solo mejora la apariencia física, sino que también tiene un impacto positivo en la autoestima y la confianza en uno mismo de las personas que se someten al procedimiento.

Además,  promueve la diversidad de belleza al ofrecer una opción para restaurar el cabello perdido. La sociedad a menudo establece estándares de belleza poco realistas que pueden excluir a aquellos que no los cumplen.  Incluso desafía estos estándares al celebrar  la diversidad en la apariencia física.

Algunos países han comenzado a considerar el injerto capilar como un procedimiento médico necesario. Esto podría afectar la cobertura de seguros y facilitar el acceso para más personas.
En resumen, la evolución económica del injerto capilar refleja una combinación de avances médicos, competencia y cambios en la percepción social. A medida que la tecnología continúa mejorando y la demanda crece, es probable que veamos más cambios en los costes y la accesibilidad en los próximos años.