| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez y un cariacontecido Iceta, en una reunión de la ejecutiva del PSC.
Pedro Sánchez y un cariacontecido Iceta, en una reunión de la ejecutiva del PSC.

Un informe aterrador del PSC revela la fuga imparable de cargos y votantes a C's

La espantada del exministro Corbacho es solo un síntoma de lo que se cuece en el socialismo catalán a un año de las municipales. Muchos socialistas buscan un lugar bajo el sol "naranja".

| Javier Ruiz de Vergara España

En la última semana, en el arrollador tsunami en el que se ha convertido la política catalana una noticia pasó prácticamente desapercibida, tanto en los medios de Cataluña como en los de carácter nacional. Uno de los capitanes por excelencia -como se ha llamado históricamente a los barones del PSC- daba la espantada y abandonaba la militancia con una carta a Miquel Iceta. "No me reconozco en el partido", argumentaba. Después, absoluta discreción y un desmentido: su fichaje por Ciudadanos.

"Lo de Corbacho es solo un síntoma, lo peor es la enfermedad", afirma a ESdiario un veterano dirigente del PSC con tres décadas de cargos orgánicos en el socialismo catalán en la localidad barcelonesa de Hospitalet de Llobregat. Y añade: "El problema no es que miles de nuestros militantes y cuadros no se reconozcan en el partido, es que ahora se reconocen en otro". Es decir, el vendaval del Ciudadanos de Inés Arrimadas.

El "cinturón rojo" ha muerto y sus cuadros desertan seducidos por el ADN de C's, constitucionalista sin  complejos en lo político; abierto y progresista en los social.

En la calle Nicaragua de Barcelona, sede histórica del PSC, han saltado todas las armas en las última semanas. Sobre todo, con la vista puesta en las municipales del año que viene y de una previsible deserción de sus candidatos al refugio naranja en el cinturón rojo. Antaño fortín socialista y ahora territorio Rivera.

Algunos indicios del trasvase a C's ya han llegado a la Secretaría de Organización que lidera Salvador Illa. No se facilitan cifras, pero en algunas agrupaciones importantes se han producido "decenas" de bajas.

Sobre la mesa del despacho de Illa, -y también sobre la de Pedro Sánchez- hay un informe aterrador en vísperas de la configuración de las listas electorales para los 948 ayuntamientos catalanes. Esta es la curva del paciente socialista en el nuevo bastión electoral de Ciudadanos. El 31,2% de los votos en 2003; el 26,85 en 2006; un 18,39% en 2010; un 14,4% en 2015; y apenas un 14%, el  reciente 21-D.

Cifras de espanto en una zona en la que ni siquiera los de Rivera y Arrimadas han culminado su implantación. "Ahora mismo tendrían dificultades para completar todas sus candidaturas", advierte la fuente antes citada. De hecho, el 21-D C's tuvo que movilizar a miles de su interventores y apoderados fuera de Cataluña.

Se trata de los municipios de la llamada área metropolitana de Barcelona, como San Cugat, Cerdanyola, Badalona, Molins del Rey, Hospitalet, El Prat y Castelldefels. Y de las ciudades del histórico cinturón rojo, como Terrasa, Sabadell, Mataró, Igualada, Villafranca, Santa Coloma y Vilanova.

 

El exministro Celestino Corbacho representa a un sector del PSC que ve "difuminado" el protecto del partido.

 

Fuentes de Ciudadanos en Cataluña consultadas por ESdiario confirman que desde las generales de 2016 se ha producido un "goteo permanente" de afiliaciones a la formación naranja procedentes de las agrupaciones locales del PSC en la comarca del Barcelonés.

Conscientes de que su reto pendiente en Cataluña es ahora conquistar también el poder municipal como primera fuerza del Parlament, el equipo del secretario de Organización de C's, Fran Hervías, se prepara para diseñar un plan de choque para completar su implantación en el feudo histórico del PSC. Pero advierten: "No vamos a permitir una avalancha de oportunistas, quien llame a la puerta será bienvenido pero deberá asumir el proyecto regeneracionista de Ciudadanos", explican a este diario.

En la formación de Arrimadas son conscientes de que muchos cuadros medios del PSOE -sobre todo militantes con experiencia como alcaldes o concejales- buscan acomodo tras décadas de vivir de un sueldo del partido, de las diputaciones o los ayuntamientos controlados por los socialistas.

Esta incipiente deserción socialista tiene una derivada más que ha encendido todas las alarmas en Ferraz. Los resultados en las municipales en Cataluña son determinantes en el balance general del PSOE nacional. Y en 2019, Sánchez afronta su primer examen tras revalidar la Secretaría General. 

Como el PP, el PSOE trabaja sobre el escenario de una irrupción general de C's en el mapa municipal. Salvo en Andalucía, donde no tiene abonado un espacio favorable. El peor escenario posible para un pedrismo aún en desarrollo.