| 03 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra Portavoz y de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra Portavoz y de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez.

Albares opta por desprestigiar a Belarra para intentar zanjar el tema de Israel

El ministro de Exteriores desautoriza a la de Podemos mientras la embajada israelí se reafirma en su comunicado mientras desde el Gobierno quieren pasar página para no salir escaldados.

| Raúl Puente España

España está quedando nuevamente retratada a nivel internacional gracias al Gobierno de Pedro Sánchez. El Ejecutivo que encabeza el líder del PSOE es el único de los de la Unión Europea que ha mostrado división interna a la hora de condenar los ataques de Hamás a Israel. La parte socialista deja clara su condena pero la de Podemos Sumar se anda con medias tintas y su principal objetivo es atacar a Israel en vez de criticar a un grupo terrorista al que, por cierto, evitan siempre que pueden llamarle de esa manera.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, gracias a las Yolanda Diaz, Ione Belarra y compañía ha tenido que repetir en varias ocasiones esa condena abierta y explícita a los atroces atentados llevados a cabo por Hamás en tierras israelíes. Eso no quita que la división de opiniones dentro del seno del Gobierno de Sánchez sea real. De nuevo, las voces más disruptivas llegan desde el lado de la formación morada, con una Ione Belarra cuya defensa del pueblo palestino se ha hecho hasta viral en medios de comunicación árabe.

Es por ello que la embajada de Israel emitió un comunicado en la tarde de este lunes en las que criticaban la actitud y las palabras, además de mostrar su rechazo hacia ellas, de algunos miembros del Ejecutivo español. Rápidamente desde la cartera de Exteriores saltaron para intentar apagar el fuego, pero las llamas fueron avivadas rápidamente por la propia Belarra, que no se retractaba de sus palabras y afirmaba que “denunciar ese genocidio no es alinearse con Hamás, es una obligación democrática”.

 

En este caso, pocas personas o nadie acusa a los que piensan como la ministra de Derechos Sociales de estar a favor de Hamás, pero sí de no ser lo suficientemente claros a la hora de condenar sus actos. En medio de toda esta polémica, este martes Albares ha optado por desprestigiar a Belarra -hacerla de menos en cierta manera- afirmando que “no es una voz autorizada” para tratar estos temas de política exterior. Solo Sánchez y él. No es su competencia y por ello se sobreentiende que su palabra no vale nada.

"Condenamos el ataque terrorista de una organización terrorista y exigimos la inmediata e incondicional liberación de todos los rehenes; lamentamos y deploramos todas las víctimas inocentes que se están produciendo", explicaba Albares para marcar esa posición para después continuar con el caso de Israel en particular.

Reconocemos el derecho de Israel a defenderse contra este ataque terrorista pero cualquier acción que se produzca para repeler este ataque terrorista tiene que ser respetando el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario

Después de estas explicaciones ha asegurado que la polémica, a la que ha llamado “incidente puntual”, está zanjada, no sin antes tildar de “gesto inamistoso” ese comunicado de la Embajada de Israel. Además ha desvelado que el lunes por la tarde habló con la embajadora israelí en nuestro país, Rodica Radian-Gordon, para trasladarle su "profundo disgusto" por lo sucedido y dejar claro que esas acusaciones son “falsedades”.

No debió de convencer mucho la llamada a la representante de Israel, porque en la mañana del martes, ante las voces que pedían que rectificaran lo que decían en el comunicado, no solo no lo han hecho sino que se han reafirmado en lo dicho. Albares quiere dar la disputa por zanjada por el bien de su jefe Sánchez, pero parece que todavía quedan capítulos por escribir en este libro.