| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

La foto más incómoda para Meloni: Sánchez y sus socios de extrema izquierda

La primera ministra italiana, considerada ultraderechista, no ha querido preguntas en su comparecencia con el presidente del Gobierno español.

| Benjamín López España

Buena parte de la prensa española destaca que Pedro Sánchez ha tenido que encontrarse y fotografiarse hoy junto a la “ultraderechista” Giorgia Meloni y que eso es un trago para él, como se encargan de airear desde Moncloa. Nadie habló de un mal trago para nuestro presidente cuando hace unos días estrechó sonriente la mano del dictador chino. Todo lo contrario. Se aireó a bombo y platillo la visita de Sánchez al gigante asiático. Todo un honor ser recibido por el régimen comunista fumigador de derechos humanos mientras se pone una pinza en la nariz para reunirse con la italiana. Las cosas de Sánchez.

Pero vamos a darle la vuelta un momento a la cámara. Cambiemos la perspectiva para ver la imagen desde los ojos de Meloni. Para ella es incómodo recibir a Sánchez. Es, sin duda, una de las fotos menos deseadas para Meloni porque el presidente español representa muchas de las cosas que ella combate.

Las alianzas de Sánchez con la extrema izquierda; su política fiscal confiscatoria; su política buenista e irreal con respecto a la inmigración, y su feminismo radical, entre otras muchas cosas, convierten al español en un personaje non grato para la jefa de Gobierno italiano. No le queda más remedio que recibirle, claro, entre otras cosas porque el encuentro se enmarca dentro de la gira preparatoria de Sánchez de la presidencia española de la UE que se inicia en junio.

 

Eso sí, Meloni no ha permitido preguntas tras la comparecencia conjunta con Sánchez ante la prensa. No suele hacerlo, es verdad, y en esta ocasión no ha hecho una excepción. No es bonito mentirle a la prensa cuando le pregunten por Sánchez o desacreditar a tu invitado ante los medios. Por eso es mejor no decir nada.

 

La realidad es que ni Sánchez aprecia a Meloni ni Meloni a Sánchez. La desconfianza es mutua, la lejanía política también. Pero las cosas no son tan simples como las quieren plantear la mayoría de los medios españoles. Sánchez puede ir con la pinza en la nariz a Roma a reunirse con una extremista de derechas, pero si le damos la vuelta a la cámara veremos a la italiana con una pinza en la nariz recibiendo a un extremista de izquierdas.