El Gobierno improvisa una medida para auxiliar a los padres con niños sin cole

El Gobierno sigue improvisando nuevas medidas ante el avance del coronavirus y las consecuencias que está generando en el día a día de los ciudadanos. El cierre de los colegios en algunas de las regiones del país ha obligado a muchos padres a tener que buscar alternativas para poder cuidar de los niños mientras no tienen clase.

Por ello, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha confirmado este miércoles que el Gobierno tiene intención de aprobar, previsiblemente mañana, una prestación económica para ayudar a los padres que tengan que quedarse en casa, sin posibilidad de teletrabajar, o reducir su jornada, por el cierre de colegios ante la expansión del coronavirus.

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Será a cargo de la Seguridad Social que compensará a los progenitores por la pérdida de ingresos derivada del tiempo que dejarán de trabajar para cuidar de sus hijos. Vendrá recogida en un decreto-ley que el Gobierno aún está diseñando, pero que espera tener listo este jueves, según ha señalado el ministro.

Sin embargo, esta medida llevará aparejado un coste económico para las arcas públicas que Escrivá ha calificado como "significativo pero manejable", aunque ha hecho hincapié en que esta ayuda deriva de una situación "sobrevenida" como el cierre de las aulas.

Las bajas por coronavirus correrán a cuenta de la Seguridad Social

Además, ha recordado las medidas ya tomadas este martes por el Consejo de Ministros, que incluye el hecho de que las bajas sufridas por los trabajadores aislados por el coronavirus se considerará una contingencia profesional y que por tanto la misma Seguridad Social asumirá el coste.

Por ello, considera que en el caso de que la epidemia llegue a las cifras que se barajan en Italia, se estima que el coste para un periodo de tres semanas sería de unos 50 millones de euros.

También ha asegurado que se trabaja en otras medidas dentro de un paquete que llegará "perfectamente a tiempo" para ayudar a los sectores que "inevitablemente" se verán afectados en "las próximas semanas o meses" por disrupciones de su actividad y caídas de demanda, entre ellas el establecimiento de moratorias en el pago de cotizaciones a la Seguridad Social.

"La crisis exige medidas focalizadas"

Por otra parte, ha señalado esta crisis más que exigir grandes inyecciones de liquidez, precisa de políticas "extraordinariamente focalizadas y finas", que desplieguen acciones sobre los sectores afectados.

Sin embargo, el ministro reconoce la improvisación con la que se están aplicando estas medidas, al igual que ve con buenos ojos he hecho de que se permitiera la manifestación del 8M, escudándose en "la volatilidad, la incertidumbre y el cambio que se produce por la dinámica del virus hace extraordinariamente difícil la gestión".