| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, Pepe Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CC.OO)
Pedro Sánchez, Pepe Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CC.OO)

El Gobierno ha duplicado las subvenciones a CCOO y UGT hasta cifras millonarias

El Gobierno ha regado a CCOO y a UGT con casi el doble de subvenciones que en 2018 y 2019 para, a cambio, encontrar su respaldo y evitar bajar los impuestos en plena escalada de precios

| Yolanda Lorenzo España

Los principales sindicatos de España han pedido esta semana al Gobierno que no baje los impuestos. Han lamentado también que los precios de la gasolina y la luz estén disparados, pero para ello han pedido a Pedro Sánchez que otorgue ayudas y subvenciones a las familias para que lleguen a fin de mes.

A ello se le suma la petición de que el Estado intervenga en el mercado y regule los precios. Pero nada de recortar el 50% del precio de los carburantes. Esa mitad que corresponde únicamente a impuestos, no se debe tocar para UGT y Comisiones Obreras (CC.OO).

“La tensión de los precios de la electricidad, gas, los carburantes y otras materias primas se está trasladando al precio del resto de bienes y servicios que ya suben de forma generalizada. Las perspectivas no son buenas. Toca actuar con celeridad”, han denunciado ambos sindicatos, aunque el líder de UGT, Pepe Álvarez, ha añadido que “el debate no es bajar los impuestos, sino poder garantizar a los ciudadanos y ciudadanas una solución por la vía del control de precios".

A esto se le suma que el precio de la luz está batiendo récords históricos con aumentos de hasta un 400% con respecto a la factura que se pagaba con Rajoy o que el IPC esté disparado mermando el poder adquisitivo de las familias españolas, registrando cifras récord superiores al 7%.

De este modo, CC.OO y UGT se quedan a la sombra del Gobierno y no se movilizarán en favor de los trabajadores, cosa que sí hará Vox: este sábado el partido de Santiago Abascal participará en una manifestación que comenzará a las 12:00 en la madrileña plaza de Cibeles convocado por su sindicato "Solidaridad". 

Una manifestación, la de Madrid, que será la más multitudinaria, pero que no será la única, ya que tanto la formación verde como el sindicato han convocado protestas por al menos un centenar de ciudades de todo el territorio nacional en defensa de los intereses del mundo rural y en contra de las políticas del Gobierno que no han sabido frenar el auge de precios. 

Es hora de salir a la calle a defender lo nuestro y a los nuestros.

El sábado 19, con @solidaridad_esp, por la necesaria soberanía energética.

El domingo 20, con @20mRural, para acabar de una vez con los ataques al campo.

¡Por nuestra gente! pic.twitter.com/0VVG9705Rg

— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) March 11, 2022 " target="_blank">

 

Consciente de estas protestas y de que una huelga general paralizaría la economía y obligaría al Ejecutivo a recular, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz ha decidido regar con dinero público vía subvenciones a los principales sindicatos españoles.

Si ya con Sánchez las subvenciones eran elevadas, con 9 millones de euros en total para 2018, año en el que llegó al Gobierno, y con otros 9 millones en 2019, cuando aunque no estaba inmerso en la coalición con Podemos, Díaz ha pulverizado esa marca. 

La ministra de Trabajo ha otorgado en los últimos dos años, desde que llegó al Ministerio en enero de 2020, un total de más de 30 millones de euros. Esto supone casi el doble de subvenciones de las que otorgaba el mismo ministerio cuando estaba en manos socialistas con la llegada de Sánchez a la presidencia del Gobierno. 

La primera tanda de subvenciones

España atravesó en marzo de 2020 lo peor de la pandemia de coronavirus. Después de manifestaciones del 8-M en la que no había problema sanitario alguno y el covid era poco más que una gripe, Sanidad decidió confinar a todo el país tan solo una semana después. Las empresas cerraron y la miseria llegó a muchos hogares. 

Tras el confinamiento, llegaron las restricciones sanitarias, de movimiento, distancias, mascarillas, etc. Todo un año pandémico de desgaste social en el que Díaz otorgó a los sindicatos 13,8 millones de euros incluidos en las Cuentas del Estado. Un desembolso que explicaría el contento de los sindicatos ese año, a pesar de que las cifras de paro fueron terribles y que el ritmo de pérdida de empleo en los autónomos registró un descalabro sin precedentes por el covid. 

Un contexto laboral en el que Díaz se esforzó en subrayar la importancia de los ERTE, que ayudaron a contener los despidos forzados por la pandemia. Un mecanismo aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy, pero que rápidamente se apropió la ministra de Trabajo. 

La segunda tanda de subvenciones, la “histórica”

Después de esa primera ronda de subvenciones a costa de los bolsillos de todos los españoles, el Ministerio de Trabajo otorgó a Comisiones Obreras (CC.OO) y a la Unión General de Trabajadores (UGT), los dos principales sindicatos y por tanto casi los únicos beneficiados, una subvención histórica: 17 millones de euros. 

Estas subvenciones son las más altas de todos los gobierno que han pasado por Moncloa en lo que llevamos de siglo XXI. Ni José Luis Rodríguez Zapatero durante la etapa de la burbuja económica regaló tanto dinero a los sindicatos, ya que su máximo fue de 15,7 millones de euros. 

Donde sí hay similitudes entre el Gobierno de Zapatero y el de Sánchez en cuanto a regalos a CCOO y UGT es que en lo peor de las crisis económicas y sociales, es cuando más subvenciones otorgan. Ya Zapatero entre 2008 y 2010 otorgó más de 47 millones de euros en este tipo de subvenciones, lo que suponen 15,7 millones anuales. Y, aún así, son 1,3 millones menos que lo presupuestado por Díaz para 2022. 

Y es que esa “ayuda” de Díaz no tiene precedentes en la historia de la democracia española. Nunca antes una ministra había ofrecido una subida semejante a los sindicatos del país. Ni en la época de Felipe González, en los años 80, justo donde se inició esta “costumbre” de regalar dinero a los líderes sindicales, se había aumentado tanto este gasto. 

Y esto se traduce en el apoyo absoluto de CCOO y UGT a todo lo que haga Díaz. Buena prueba de ello es el visto bueno de ambos para la tramitación de la reforma laboral o el aumento del salario mínimo a 1.000 euros, aunque ellos apostaban desde hace años por una subida mayor acorde al IPC. Pero ahora se contentan con lo aprobado. Como con las ayudas.