| 06 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Page y Sánchez, en un acto del PSOE.
Page y Sánchez, en un acto del PSOE.

'Chuzos de punta' en el PSOE: la “tormenta Page” en un vaso de agua

Tal vez olvidan los compañeros del manchego que le critican que, si tiene mayoría absoluta es porque lleva años diciendo y haciendo cosas que considera que son del agrado de su electorado

| Esther Jaén España

Le llueven chuzos de punta al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, desde el Gobierno y desde el PSOE. Dicen algunos de los que han salido a zurrarle que “nada es casual”, que el castellanomanchego “buscó la ocasión” para exhibir sus diferencias ante las cámaras, porque “él va a los suyo”. En público, Óscar Puente el ministro-ninja del verbo, le espetó que “está en el extrarradio del PSOE”.

Quizás no tuvo en cuenta Puente que él, en sus tiempos de alcalde socialista de Valladolid, también surfeó las olas como buenamente pudo, puesto que su electorado vallisoletano tampoco comulgaba con algunas de las cosas que su jefe de filas, Pedro Sánchez, defendía públicamente y que él ,como portavoz del PSOE entonces, tuvo que defender.

Hace algún tiempo, un alto dirigente socialista me comentó en privado que “Lambán y Page son carne de cañón si no ganan… pero si ganan… ¡no nos los podemos cargar!”. No se anduvo por las ramas a la hora de describir la relación de dependencia que les une.

Su situación se alivió cuando dejó de ser portavoz de su partido y se convirtió en un buen alcalde, la lista más votada en las recientes elecciones municipales, aunque el pacto en contra de PP y Vox lo dejase sin bastón de mando.

Con todo, desde sus nuevas funciones ministeriales, Puente se ha convertido en el más desinhibido del Gobierno, presto a calzarle un guantazo al primero que le tosa a Sánchez, sea de la oposición, del Gobierno o compañero de partido.


Volviendo a García Page, sus compañeros de partido lo tachan en privado de “insolidario” e “inoportuno” en el mejor de los casos.

Pero lo que parece tocarles soberanamente las narices a una parte de esas “voces críticas” es que , mientras ellos sudan sangre ante cámaras y micrófonos, ante cada vuelta de tuerca que le aplica Carles Puigdemont a los socialistas en sus negociaciones, mientras ellos tragan saliva y entonan un “digo” donde hace apenas unos meses dijeron “Diego”, el presidente de Castilla-La Mancha se ha desahogado con premeditación y no se sabe si alevosía, comentándole a sus homólogos, aunque rivales, cómo está el patio en el PSOE y lo que piensa de las maniobras pro amnistía.

 

Page, en su amigable y controvertido "corrillo" en Fitur con los presidentes autonómicos del PP


Hay, sin embargo, quienes tratan de quitarle hierro al enésimo episodio de Page y sus discrepancias con la línea oficial y tachan de “verso suelto” al barón socialista. Pero quienes lo dicen saben que eso no es creíble: que el PSOE necesita a Page en Castilla-La Mancha y que él, a su vez, necesita la marca PSOE para obtener esas mayorías absolutas que ha logrado en su tierra.

A García Page, sus compañeros de partido lo tachan en privado de “insolidario” e “inoportuno” en el mejor de los casos.

Hace algún tiempo, un alto dirigente socialista me comentó en privado que “(Javier) Lambán y Page son carne de cañón si no ganan… pero si ganan… ¡no nos los podemos cargar!”. No se anduvo por las ramas a la hora de describir la relación de dependencia que les une.

En aquella ocasión, Page obtuvo la mayoría absoluta y Lambán la completó con el apoyo de otros partidos. Ambos gobernaron y se salvaron de la quema que ya les pisaba los talones. En esta ocasión, Lambán no ha logrado gobernar y se ha retirado a su escaño en el Senado sin hacer mucho ruido, mientras Page, que no está pensando en limitar su mandato si no se lo limita el electorado, ha revalidado su mayoría absoluta.

 

Tal vez olvidan los compañeros de Page que hoy le critican que, si tiene hoy mayoría absoluta es porque lleva años diciendo y haciendo cosas que considera que son del agrado de su electorado, aunque no lo sea tanto de la cúpula de la calle Ferraz.

Los diputados castellanomanchegos que votarán el próximo martes la Ley de Amnistía pasaron el filtro de la cúpula de Sánchez y que si a alguien obedecen y deben su puesto es a Sánchez y no al barón manchego.

El affaire Page y sus confesiones ante los presidentes del PP son una tormenta en un vaso de agua y pasará, igual que pasaron otras anteriores. Incluso, el rifirrafe entretiene al respetable.

Pero a la oposición en Castilla-La Mancha, le han puesto de nuevo el balón votando para rematar a gol, al desafiar a Emiliano García-Page a que el próximo martes, si está convencido de que la Ley de Amnistía está en el extrarradio de la Constitución Española, ordene a los diputados castellanomanchegos que voten en contra o, lo que es lo mismo, que voten con PP y Vox.

 

Page, este jueves, ha tratado de rebajar la polémica con Ferraz y Moncloa.

 

Una vez más, Page les llamará oportunistas y dirá que lo que se decide en el Congreso, se vota en el Congreso. Y en Castilla-La Mancha y sus Cortes, se votan otras cosas.

Y quizás alguien de la Ejecutiva del PSOE podría explicarle que aquellos diputados castellanomanchegos que votarán el próximo martes pasaron el filtro de la cúpula de Sánchez y que si a alguien obedecen y deben su puesto es a Sánchez y no al barón manchego.