| 04 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Aragonés, visiblemente serio, y Sánchez, este viernes en Barcelona.
Aragonés, visiblemente serio, y Sánchez, este viernes en Barcelona.

"Moción de confianza": Junqueras e Iglesias ya tienen a Sánchez donde querían

El presidente se va a jugar su futuro en su comparecencia en el Congreso para explicar el escándalo Pegasus y su torpe gestión. Y el PSOE va a comprobar hasta qué punto está acorralado.

| Javier Ruiz de Vergara España

Nadie duda a estas horas en la política nacional que en cualquier otro país del núcleo duro de la Unión Europea los gravísimos sucesos ocurridos está semana en España - el “aquelarre”, como este jueves lo rebautizó Alberto Núñez Feijóo- hubiera acabado con la caída fulminante del presidente y de su gobierno al completo. Y, seguramente, acompañado de una moción de censura que hubiera desnudado con luz y taquígrafos las miserias políticas del líder en cuestión.

Pero Pedro Sánchez tiene la intencion de aferrarse al cargo sin votar en el Congreso sus apoyos reales, más aún cuando la figura de la moción de confianza no tiene tradición en la democracia española.

 

Pero, eso sí, en los próximos días Sánchez va a acudir al Congreso de los Diputados arrastrado tanto por la oposición como por sus propios socios para explicar el escándalo Pegasus, lo que demuestra hasta qué punto el presidente está al borde del precipicio. Esquerra no tiene la intención de dejarle caer pero sí de aplicarle un 155 e intervenirle. Paradojas del sanchismo cuatro años después del 1-O.

Ese debate va a ser en realidad el cierre al círculo de los dos plenos sobre la reforma laboral y el decreto anticrisis, salvados in extremis con errores clamorosos en la votación final, transfugas y cesiones sobre la bocina a Bildu.

La demostracion más palpable de que la llamada coalición Frankenstein es ahora simplemente la marca mancomunada de un conglomerado de intereses con un único objetivo común: acelerar la destrucción del vigente marco constitucional y de la Monarquía parlamentaria. En palabras de varios exdirigentes del PSOE: “El escenario soñado tras los indultos, Junqueras e Iglesias ya tienen a Sánchez y con él al propio Estado, donde querían. En coma”.

 

El "papelón" de Sánchez este viernes: recibir a la presidenta de Europa en pleno terremoto en España.

 

Tras lo sucedido tras la rocambolesca comparecencia de la directora del CNI, Paz Esteban, en la Comisión de Secretos y el papelón de Sánchez este viernes en su encontronazo en Barcelona con el espiado Pere Aragonés, Moncloa prepara su comparecencia en las Cortes.

A Sánchez le espera un pim pam pum que van a liderar sus dos principales socios, Podemos desde dentro del Gobierno; ERC desde sus aledaños. Al margen de la enmienda a la totalidad que presentarán PP, Vox y Ciudadanos, el resto de partidos -desde el PNV hasta Junts, pasando por Bildu y el Más País de Errejón, van a protagonizar un monólogo contra Sánchez y su caos.

 

Y en Moncloa temen que de ese Pleno parlamentario tan desolador para la inmensa mayoría de los españoles quede en la ciudadanía el aroma de fin de ciclo que el PSOE tan bien conoce. Como en los estertores del felipismo carcomido por la corrupción o de un José Luis Rodríguez Zapatero noqueado y desbordado por la crisis.

Sánchez sobrevive ahora asistido con el oxígeno externo que le da su condición de rehén de todos sus socios. Justo donde Podemos y Esquerra planearon tenerle cuando patrocinaron la operación para llevarle a La Moncloa. Prueba del estado vegetativo del Gobierno es la nueva cesión de Sánchez  a ERC tras su breve conversación este viernes con Aragonés.

Fuentes de Presidencia de la Generalitat han revelado que el presidente de la Generalitat le ha trasladado al del Gobierno que la situación por el espionaje "es muy grave" y le ha reclamado tratar este asunto en una reunión cara a cara. Estas mismas fuentes han destapado que Sánchez le ha contestado que sí, que se tienen que ver para hablar sobre el caso Pegasus.