| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Sánchez observa la crisis del PP desde la barrera para dar el golpe de gracia a Casado.
Sánchez observa la crisis del PP desde la barrera para dar el golpe de gracia a Casado.

Sánchez tiene en su mano dar la puntilla a Casado y Moncloa maneja dos planes

El runrún del adelanto electoral cobra fuerza y planea sobre la sede de Génova 13, reconvertida en "El Álamo" de Casado y García Egea. Pero, además, el PSOE tiene un plan B.

| Javier Ruiz de Vergara España

"No hay nada peor para un líder de la oposición que ser rehén de los tiempos del presidente al que quiere desalojar". Esta reflexión de un antiguo dirigente del PP con galones durante el mandato de José María Aznar, resume bien el sentir y la profunda preocupación que se ha instalado entre la vieja guardia de los populares.

Y es que muchos de ellos son perfectamente conscientes de que la propia subsistencia del partido depende ya no solo de los movimientos internos puestos en marcha para superar el amortizado casadismo, sino también en los pasos que se puedan dar desde el Palacio de la Moncloa.

 

Según fuentes socialistas consultadas por ESdiario, el entorno de Pedro Sánchez asiste desde el pasado jueves a la apertura en canal del PP con la misma  sorpresa con la que lo contempla el resto de la sociedad española. Aunque algo menos, realidad. En el núcleo duro de Gobierno llevan meses manejando datos de que esta crisis podría estallar.

Pero en esa Ala Oeste de La Moncloa hay dos sensibilidades distintas: la que aboga por apuntillar ya a Pablo Casado o la que pretende sostenerle con respiración asistida para evitar engordar aún más a Vox. Los fontaneros que apuestan por esta segunda vía están defendiendo en las últimas horas que Sánchez adelante ya la celebración del Debate de la Nación, inicialmente previsto para el mes de abril tras siete años sin celebrarse y tres de veto del propio líder socialista.

 

Casado y Sánchez, frente a frente en el Hemiciclo del Congreso de los Diputados.

 

A este examen de la Nación, la principal alternativa a la coalición Frankenstein llegaría convertido en un auténtico cadaver político. De hecho, piensan en Moncloa, los dos días del Pleno se convertirían de facto en el "Debate sobre el estado del PP". Miel y hojuelas para Sánchez: el principal partido de la oposición abierto en canal, sin líder ni proyecto y echado en los brazos de Vox. La estigmatizada "ultraderecha" en el léxico de PSOE y Podemos.

Hay otro sector de los dirigentes sanchistas que manejan otro medida mucho más drástica. Que Sánchez firme un adelanto electoral ad hoc apelando a la excepcionalidad del momento. Lo que hace una semana era tabú en el PSOE comienza este lunes a ser a menos una "hipótesis de trabajo". De hecho, este lunes en una comparecencia conjunta con la primera ministra de Dinamarca, el presidente ya ha sido interpelado por esa posible llamada a las urnas anticipada.

Porque cada vez son más los dirigente del sanchismo los que sueñan con su jefe de filas emergiendo como una especie de Adolfo Suárez 3.o, único garante de la estabilidad y le centralidad y con la inmejorable coartada del voto útil frente a la llegada de la "ultraderecha". La receta de "socialdemocracia" a la que tanto apeló Sánchez en el 40 Congreso Federal del PSOE en octubre pasado en Valencia.

Viendo el despliegue de periodistas este lunes frente a la sede de Génova 13, muchos populares han ironizado recordando el pasado reciente del que emergió el propio Sánchez: a esta crisis solamente le falta que aparezca alguien a las puertas de la sede nacional de los populares clamando. "¡Yo soy la única autoridad del PP...!"

El propio presidente del PNV, socio preferente de Sánchez, ha alertado en estas últimas 24 horas de la viabilidad del adelanto. "Trabajamos en esa hipótesis", confirman a ESdiario fuentes peneuvistas.

 

Sánchez este lunes, cultivando su imagen presidencialista. Recibiendo en La Moncloa a la primera ministra de Dinamarca.

 

En cualquier caso, la vieja guardia del PSOE, liderada una vez más por Felipe González, está advirtiendo de que la guerra en el PP es mucho más que una crisis de partido y puede derivar en una crisis sistémica si los populares no logran reconducir la situación con cierta solvencia.

Pero en el entorno de Sánchez se acaba de ver un espacio en el centro político, que el PSOE podría ocupar aprovechando la agonía final de Ciudadanos, este inédito incendio total del PP y el primer fracaso en las urnas de Yolanda Díaz.

A este verdadero laberinto llega Pablo Casado achicharrado y a falta de que sus propios dirigentes le practiquen tarde o temprano la autopsia. Y por si fuera poco, Sánchez sigue teniendo en su poder el botón nuclear para apretarlo cuando a él más le convenga.

Y como la risa va por barrios no son pocos los analistas que, viendo el despliegue de periodistas este lunes frente a la sede de Génova 13, han ironizado recordando el pasado reciente del que emergió el propio Sánchez: a esta crisis solamente le falta que aparezca alguien a las puertas de la sede nacional de los populares clamando. "¡Yo soy la única autoridad del PP...!"