| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Ramón Tamames y Santiago Abascal en la rueda de prensa concedida en el Congreso
Ramón Tamames y Santiago Abascal en la rueda de prensa concedida en el Congreso

La moción de Tamames contra un Vox en pánico: Feijóo gana

Hugo Pereira analiza la filtración de las 33 páginas que componen el discurso de Ramón Tamames que ofrecerá en la moción de censura presentada por Vox: ganan Pedro Sánchez y Feijóo.

| Hugo Pereira España

El próximo 21 de marzo se palpará lo que ya se ha convertido en el nuevo, y esperpéntico, error de estrategia política de Vox. Además con un instrumento político y legal, la moción de censura, que ya fracasara en el pasado mes de octubre del 2020.

Se trata del segundo intento de Vox de echar a Pedro Sánchez y su gobierno. O eso es, más bien, lo que tratan de escenificar. De cara al público. Y, sobre todo, de cara a unos votantes que se preguntaban “dónde está Vox” y “dónde está Santiago Abascal”.

Lo que subyace, y no hace falta ser un doctor en Ciencia Política para darse cuenta, es todo un intento del partido de copar titulares en el marco de unas trascendentales elecciones autonómicas y municipales, ya percibidas como un verdadero plebiscito sobre la gestión del Ejecutivo y antesala de los resultados que veremos en los comicios nacionales de final de año. 

 

El objetivo de la moción de censura de Vox no es Pedro Sánchez, es Alberto Núñez Feijóo

Y no nos engañemos. O, mejor dicho, que no nos engañen. Esto jamás fue concebido como una moción de censura contra Pedro Sánchez, quizás sí en la cabeza del -por desgracia- utilizado Ramón Tamames, un eminente economista donde los haya; la moción de censura está siendo utilizada por los estrategas de Vox como un intento de desestabilizar al Partido Popular y poner entre las cuerdas a Alberto Núñez Feijóo. Si no nos apoya Feijóo, piensan los de Abascal, será percibido, el PP, como un aliado de Pedro Sánchez; si les apoya, como un aliado de la “ultraderecha populista”. En ambos casos perdería, se planteaban. Como se dice coloquialmente: en las cabezas de los de Vox ‘era espectacular’. 

Lo que Vox no entiende -todavía- es que los españoles no somos necios. Al contrario. Una inmensa mayoría de españoles ya estamos hartos de tanto circo político, de tanta retórica populista, de tanto experimento electoral y, en fin, queremos consenso, seriedad y propuestas. Campañas en positivo. No en negativo.

La independencia de Ramón Tamames: el problema con el que no contaba Vox

El problema adicional con el que no contaba Vox es la independencia de su propio candidato, Ramón Tamames. Que es una persona completamente incontrolable. Eso, y que ideológicamente está en contra de múltiples principios programáticos rectores de Vox. Lo que parecía parte del marketing -el presentar a un candidato de consenso y no propiamente de Vox- se ha convertido en un tsunami arrollador: el profesor Tamames se paseó por los principales medios de España denostando propugnas básicas del partido de Abascal como la ilegalización de los partidos nacionalistas-independentistas, la calificación de Sánchez como el peor Presidente de la historia, la potenciación de la natalidad en favor de la inmigración o la eliminación del sistema de las autonomías.

Una cosa es un candidato de consenso y otra un candidato que critique tan abiertamente el grosso del programa electoral del partido que lo propone como candidato. Ergo, Ramón Tamames convirtió la moción de censura de Vox en una moción de censura contra Vox.

Los de Abascal ya están en pánico. Y la gota que colmó el vaso fue la reciente filtración de las 33 páginas que componen el discurso de Tamames: así el PSOE podrá preparar la moción bien y con calma. Lo que iba a ser un golpe de efecto se convirtió en un parachoques. 

En fin, que los dos claros ganadores de la moción de censura contra VOX han sido, paradójicamente, hacia los que iba destinada: Alberto Núñez Feijóo, el destinatario de facto, y Pedro Sánchez, el destinatario de iure. Ambos salen victoriosos de semejante circo político que montó VOX y del que ya no saben cómo salir airosos.