| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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13 platos clásicos para ir de picnic... y sus alternativas

En verano es mucho más frecuente salir al campo, a la piscina o a la playa llevando la comida de casa. Repasamos nuestros platos preferidos para meter en el tupper

| Begoña Tormo Gastronomía

Hay una serie de platos clásicos que, en España, asociamos a las comidas que nos llevamos de excursión. En realidad, muchas de esas recetas no son las más adecuadas para aguantar varias horas sin refrigerar, pero la tradición, o la costumbre, han hecho que la tortilla de patata o la ensaladilla rusa (dos productos con huevo), sean algunos de los platos más populares para comer en estas ocasiones. Que no cunda el pánico. No se trata de renunciar a los sabores que nos recuerdan a la infancia, pero podemos tomar una serie de sencillas medidas para evitar riesgos innecesarios, como llevar los alimentos en una nevera portátil, cocinarlos completamente, o sustituir la mayonesa casera por mayonesa industrial (abriendo el tarro en el momento de ir a comer). Además, si nos animamos a cambiar, hay muchos otros platos alternativos a los típicos, que podemos probar, y que son igualmente deliciosos. 

 

1 TORTILLA DE PATATA

Es la reina de la comida de las excursiones. En bocadillo, o en la fiambrera de toda la vida, raro es el menú de picnic que no la incluye. Sin embargo, si queremos comerla con seguridad, es imprescindible que esté muy cuajada (aunque algunos la prefiramos claramente poco hecha). Otra opción es sustituirla por una quiche, un plato también a base de huevo, pero que se cuaja completamente en el horno, y en el que podemos poner los ingredientes que más nos gusten (cebolla pochada, bacon, queso, tomatitos cherry, champiñones…).

 

2 FILETES EMPANADOS

Otro clásico para quitarnos el hambre en la playa o en el campo son los filetes empanados. La ventaja de empanar la ternera o el pollo es que, de esta forma, las resultan menos secos que a la plancha, especialmente si no los vamos a comer en el momento. Podemos hacerlos aún más apetecibles y jugosos si añadimos jamón y queso a la receta (Cordon bleu), o, si no nos da demasiada pereza, pasarlos por una bechamel espesita antes de empanarlos (Villaroy).

 

3 ENSALADILLA RUSA

Si pensamos en la cantidad de ensaladillas rusas (con mayonesa casera) que han comido generaciones de españoles, a temperatura ambiente, en la piscina o en la playa, llegamos a la conclusión de que vivimos de milagro. Para no jugárnosla, conviene recordar el consejo dado en la introducción: llevar la ensaladilla sin la salsa, y añadirla (de bote) en el momento de ir a comer. Si no, es preferible llevar otra ensalada, igual de completa, pero con menos riegos, como una ensalada de pasta con el clásico aliño de aceite y vinagre, que podemos alegrar con alguna hierba aromática y los ingredientes que más nos gusten.

 

4 BOCADILLOS

El bocadillo de embutido o fiambre es, sin duda, el recurso más fácil y rápido para preparar la comida de una excursión. Pero también el más “simplón”. Para alegrar la comida campestre, sin complicarnos mucho la vida, podemos variar los ingredientes a los que estamos acostumbrados para conseguir hacer esos bocadillos más atractivos y apetitosos, utilizando conservas, ahumados, quesos, patés, vegetales, encurtidos... El único límite es nuestra imaginación. También podemos sustituir el típico pan de barra por otros tipos de pan, como de cereales, aceitunas, o tomate, e incluso usar bagles.

 

5 SÁNDWICHES

La versión “blanda” y sajona de nuestro bocadillo. Los sándwiches tienen la ventaja de ser más tiernos y de secarse menos que el pan tradicional (especialmente si los llevamos cubiertos con un paño ligeramente húmedo), pero, en contrapartida, hay ciertos alimentos con los que el pan de molde “no puede”. Como en el caso anterior, el truco está en salirnos de lo habitual, y en lugar de limitarnos a los rellenos a los que estamos acostumbrados, traspasar nuestra “zona de confort” y probar nuevos sabores, incluso dulces. Funcionan muy bien las cremas de queso mezcladas con otros ingredientes (mejillones en escabeche, pescados ahumados, fiambres…). 

 

6 EMPANADA

Otro plato que cumple a la perfección lo que se espera de una receta para comer fuera de casa: es fácil de transportar, no es imprescindible mantenerla refrigerada, resulta jugosa, y gusta a todo el mundo, porque podemos adaptar el relleno a nuestras preferencias. Si la hacemos en casa, puede resultar más práctico hacer empanadas individuales de varios sabores (atún, bacalao, chorizo, sardinas…) para que todos coman a su gusto. Más rápido aún es preparar unas empanadillas fritas, con las mismas premisas para el relleno. 

 

7 ENSALADA MIXTA

Los amantes de lo verde no renunciarán a llevar a su picnic una buena ensalada. Para que la disfrutemos en perfectas condiciones, es mejor aliñarla en el último momento (es muy práctico llevar la vinagreta hecha en un bote de cristal y añadirla cuando vayamos a comerla). A pesar de eso, si hace mucho calor, la lechuga y el tomate pueden “agacharse” y resultar menos apetecibles, por lo que una buena alternativa, si no se lleva la ensalada refrigerada, puede ser llevar unos pimientos asados, que podemos completar con los mismos ingredientes que una ensalada mixta (atún, cebolla, huevo duro, aceitunas…).

 

8 GAZPACHO

El gazpacho es un fantástico comienzo para cualquier comida al aire libre. No sólo nos alimenta, sino que nos hidrata (lo que es muy de agradecer en un día de calor). Eso sí, para que resulte agradable es necesario que esté frío, por lo que es imprescindible contar con una nevera portátil, aunque siempre podemos echar mano de unos cubitos de hielo para enfriarlo, teniendo la precaución de prepararlo un poco más espeso de lo habitual para que no quede demasiado aguado. Para cambiar, podemos sustituir el gazpacho por otra sopa fría, como ajoblanco, vichyssoise, crema de yogur y pepino, o añadir al gazpacho un puñado de cerezas que le darán un toque distinto. 

 

9 PATÉ

Es también uno de los productos preferidos por muchos en las jornadas al aire libre. Su mayor ventaja es que se transporta muy fácilmente (nos referimos, evidentemente, al paté de lata), y que, sin abrir, no necesita ser conservado a una temperatura especial. En su contra, hay que untarlo en un pan o tostadas. Si no se quieren llevar cubiertos, podemos elaborar bocadillos o sándwiches con el paté antes de salir de casa, y, si queremos aligerar la comida, sustituirlo por algún paté de pescado (sardinas, atún…), o vegetal, como el hummus (crema de garbanzos), el babaganoush (crema de berenjena asada), o un paté de pimientos. 

 

10 HUEVOS RELLENOS 

Con los huevos rellenos, pasa algo parecido a lo que ocurre con la ensaladilla. El relleno típico, a base de atún y un sofrito de verduras con tomate, no ofrece demasiadas complicaciones a la hora de su conservación, pero, con la mayonesa, la cosa cambia. Si no queremos prescindir de ellos, tendremos que usar mayonesa de bote, y añadirla justo cuando vayamos a comer los huevos. También podemos cambiar el relleno por otro con menos riesgo, como por ejemplo, un guacamole casero, que sí podemos preparar con antelación y transportar sin riesgo. 

 

11 FIAMBRE

Muchas meriendas fuera de casa se hacen simplemente a base de fiambres y embutidos. Para darle un punto más original, podemos sustituir el fiambre por un pastel de carne o por un fiambre casero de pollo (a base de carne picada de pollo o pavo, hierbas aromáticas, especias, y algunos frutos secos, que cocemos envuelto en papel film, o al baño María en el horno). 

 

12 FRUTA

La fruta es insustituible en una comida al aire libre. Si llevamos nevera, podemos preparar unas brochetas con frutas variadas o cortar las piezas más grandes (sandía, melón, piña…) en trozos del tamaño de un bocado, y llevarlos en un tupper, para que luego sea más fácil comerla. Pero si no la tenemos, tampoco es un problema. La ventaja de la fruta es que se “autoconserva” y el mejor envase es la propia cáscara, aunque es mejor evitar las que sufren más con el calor, como las fresas. 

 

13 BEBIDAS

Por supuesto, a la hora de organizar un picnic, las bebidas son imprescindibles. Cada uno elegirá sus preferidas, pero no debe faltar el agua (para darle un toque original se puede aromatizar con algunas rodajas de limón o unas hojas de hierbabuena). Otra buena idea es hacer una limonada casera, pero, si hablamos de la bebida más típica del verano, la sangría, podemos elaborarla nosotros mismos con vino, refresco de limón o naranja, y fruta (melocotón y naranja, por ejemplo). Conviene llevar hielo de sobra, tanto para mantener la comida y la bebida fresca, como para ponerlo en los vasos.