El Reloj del Juicio Final vuelve a moverse: la humanidad avanza un segundo más hacia el abismo
Los científicos atómicos alertan de que el riesgo global de catástrofe está en su punto más alto por tensiones nucleares, crisis climática y el auge de la inteligencia artificial.

El reloj nunca había estado tan cerca del fin
El Boletín de Científicos Atómicos ha hablado, y su mensaje es inequívoco: el mundo está peor que hace un año. El célebre Reloj del Juicio Final, símbolo del riesgo existencial de la humanidad, se ha adelantado un segundo más respecto a 2024. Según la Junta de Ciencia y Seguridad (SABS), quedan solo 89 segundos antes de la medianoche, el punto metafórico del colapso global.
El movimiento de este año, aunque simbólico, tiene el peso de una condena: no quedan minutos, apenas segundos. Y en esa precisión (fría, matemática, inexorable) se resume la paradoja de nuestro tiempo: la humanidad nunca tuvo tanto conocimiento para salvarse, ni tanta inercia para autodestruirse.
“A pesar de las señales inequívocas de peligro, los líderes internacionales han fracasado en cambiar el rumbo”
Un reloj que mide el miedo del mundo
Desde 1947, el SABS (formado por científicos, físicos y expertos en geopolítica) utiliza este reloj como advertencia simbólica. Cada movimiento de sus manecillas refleja la evaluación global de amenazas: nucleares, climáticas o tecnológicas.
En los años más tensos de la Guerra Fría, las agujas marcaban siete minutos para la medianoche. En 1991, con la firma del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, retrocedieron hasta los 17 minutos: fue el momento de mayor optimismo. Tres décadas después, el reloj se ha adelantado 331 segundos y nunca había estado tan cerca del fin.
“A pesar de las señales inequívocas de peligro, los líderes internacionales han fracasado en cambiar el rumbo”, lamentó el comité del SABS durante la presentación.
Inteligencia artificial y desinformación: los nuevos detonadores
El diagnóstico de 2025 mantiene las amenazas clásicas (armamento nuclear, crisis climática, pandemias), pero añade un peligro emergente: la inteligencia artificial. La organización alerta de su uso en estrategias militares, bioingeniería y manipulación informativa, ámbitos donde los algoritmos pueden multiplicar los riesgos de forma imprevisible.
El informe destaca además la expansión de campañas de desinformación global, que han erosionado el debate público y polarizado a las sociedades. Según el SABS, la mentira se ha convertido en un arma tan peligrosa como el uranio: “La corrupción del ecosistema informativo socava la capacidad de respuesta ante cualquier crisis”.
Tres potencias al borde de la locura
El comunicado señala directamente a Estados Unidos, Rusia y China, países que, según el SABS, “tienen el poder colectivo de destruir la civilización o de salvarla”. Los científicos piden una negociación inmediata sobre armas estratégicas, reducción de emisiones y control ético de las tecnologías emergentes.
“Continuar ciegamente por el camino actual es una forma de locura”, advierten. Para revertir el curso, sería necesario un acuerdo similar al de 1991, pero los expertos reconocen que la voluntad política mundial está hoy fragmentada y las prioridades, dispersas.
Un segundo más cerca del silencio
El reloj del Juicio Final no marca horas: marca advertencias. Cada segundo que avanza es una llamada de alarma para un planeta que parece haber perdido su reflejo de supervivencia.