Apretado en Madrid, ausente en Valencia

Ximo Puig se balancea en una cuerda floja entre sus responsabilidades políticas nacionales y autonómicas con peligro inminente de caer por la incoherencia de sus prioridades motivadas por sus intereses personales. Atendiendo a su 'compromiso' nacional desde la segunda fila hacinada en la sesión conjunta Congreso-Senado mira con recelo hacia el escaño que no le ha concedido Pedro Sánchez al descartarle como ministro. Prefiere dejar plantado al presidente Carlos Mazón y delegar su función como viene siendo habitual para sentarse apretado por un día como invitado en la bancada ganadora del Congreso en la apertura de Las Cortes Generales, al tiempo que desprecia su sillón como líder de la oposición en Las Cortes Valencianas que se encuentra cogiendo polvo casi de forma permanente.

S.G.