| 15 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El economista de moda entre la izquierda revela cómo Prisa le vetó

Últimamente no hay día en que el grupo mediático presidido por Juan Luis Cebrián no sea noticia, y casi nunca para bien. Cuando no es una encerrona a Rajoy es una mordaza en toda regla.

| Redacción Medios

Está claro que la línea editorial de Prisa ha ido modulándose en torno a las negociaciones de Juan Luis Cebrián con la banca. De hecho, gran parte de la sociedad ha dejado de advertir que son el altavoz de la izquierda, como así han sido catalogados en los últimos cuarenta años, para convertirse en el grupo más afín al sistema.

En los últimos meses el tono que ha ido captado El País, que pese a su pátina progresista curiosamente ha sido uno de los periódicos más críticos con Podemos, ha ido acompañado por acusaciones de censura en la redacción del periódico con informaciones que afectaban a miembros de un Gobierno supuestamente antagónico a la línea fundacional del diario.

El último en levantar la voz contra Prisa ha sido Vicenç Navarro, gurú económico de Podemos en las pasadas europeas y en las futuras generales. El veterano economista catalán aprovechó que este viernes su visita al programa Otra vuelta de Tuerka, que presenta Pablo Iglesias en el portal de Público, para atizar al grupo que dirige Cebrián.

El motivo fue que el líder de Podemos sacó a relucir el libro Ataque a la democracia y al bienestar, escrito por el propio Navarro, que desveló lo siguiente sobre la citada obra: "Lo iba a publicar una editorial próxima a El País, pero Prisa estaba en negociaciones con la banca y el libro era muy crítico con la banca. Entonces me pidieron si podíamos diluir la crítica. Y por favor, me dijeron que era muy crítico con la banca, pero no se puede escribir de la banca sin ser crítico. Entonces no quise hacer ese cambio y me dejaron con el culo al aire. Pero una editorial pequeña lo sacó y tuvo un gran éxito".

Navarro recordó que parte del éxito del libro fue que lo apadrinó el 15-M, pero aun así el palo a Prisa, ante la mirada cómplice de Iglesias, ya estaba dado.