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El corte eléctrico pone a prueba a la automoción

España evalúa el impacto económico del apagón masivo que paralizó ayer el país. Mientras millones de ciudadanos recuperan la normalidad, las grandes fábricas de automóviles, uno de los pulmones de la industria nacional, trabajan a contrarreloj para reactivar su producción tras el corte del suministro eléctrico que detuvo sus cadenas de montaje.

Fábrica de SEAT en Martorell

Borja Fadón
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España intenta recuperar la normalidad tras el masivo apagón que ayer sumió en la oscuridad a millones de ciudadanos y paralizó buena parte de la actividad económica. La interrupción del suministro eléctrico, cuya causa aún se investiga aunque se apunta a un fenómeno atmosférico inusual y a una drástica caída en la generación, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas y ha generado pérdidas significativas en diversos sectores. Sin embargo, las fábricas de automóviles, puntales de la industria española, informan de una progresiva recuperación de su ritmo productivo.

La jornada de ayer fue caótica. Desde primera hora de la tarde, el corte de luz se extendió por gran parte del territorio peninsular, afectando a hogares, comercios, servicios públicos y, de manera muy destacada, a la industria. El transporte se vio seriamente comprometido, con trenes detenidos y problemas en aeropuertos y el tráfico rodado debido a la falta de semáforos operativos. La actividad bancaria y las telecomunicaciones también sufrieron las consecuencias del “apagón ibérico”, que alcanzó también a Portugal y brevemente a zonas de Francia.

Las estimaciones preliminares sobre el impacto económico hablan de pérdidas cuantiosas, posiblemente ascendiendo a miles de millones de euros, considerando la paralización de la producción, el cese de la actividad comercial y las afectaciones en la cadena de suministro. El sector industrial, con su alto consumo energético, fue uno de los más golpeados. Se habla de más de 1.000 millones de euros.

En este contexto, la mirada del análisis económico se centra ahora en la velocidad y capacidad de recuperación de los sectores clave. La industria del automóvil, uno de los principales motores de la economía española, ha sido un claro ejemplo de la disrupción. Gigantes como Renault y Stellantis, con importantes centros de producción en España, confirmaron ayer la paralización de sus operaciones debido a la falta de suministro eléctrico.

Fuentes de ambas compañías han señalado hoy que, una vez restablecida la alimentación eléctrica en sus instalaciones, se ha iniciado un proceso de reanudación progresiva de la actividad. La complejidad de los procesos productivos en la fabricación de vehículos implica que la vuelta a la normalidad no es instantánea, requiriendo la verificación de sistemas, la puesta en marcha de la maquinaria y la sincronización de las cadenas de montaje. SEAT también recupera la normalidad en Martorell.

Si bien el parón de ayer supondrá un impacto en los volúmenes de producción de la semana, la rápida actuación para restablecer el suministro y la flexibilidad de las operaciones en las plantas automovilísticas son clave para minimizar las pérdidas a medio plazo. La capacidad de estas factorías para adaptarse a situaciones imprevistas y recuperar el ritmo es fundamental para el mantenimiento del empleo y la contribución del sector al PIB nacional.

Las autoridades y los operadores del sistema eléctrico continúan trabajando para esclarecer las causas exactas del fallo y asegurar la total estabilidad de la red. Mientras tanto, las empresas, y en particular las grandes consumidoras de energía como las fábricas de automóviles, evalúan el alcance real de los daños y se esfuerzan por recuperar la cadencia productiva perdida. El episodio de ayer subraya la necesidad de invertir en la robustez y resiliencia de la red eléctrica para salvaguardar la actividad económica ante eventos inesperados. La recuperación de las fábricas de coches es una señal positiva, pero el impacto general del apagón en el tejido empresarial español será objeto de análisis detallado en los próximos días.

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