Ofensiva de Compromís contra los ‘bous al carrer’: “es maltrato animal”

La suspensión de las vaquillas en Tavernes de la Valldigna tras la decisión del gobierno municipal dirigido por Compromís y PSOE ha tenido reacciones más allá del municipio. Desde Compromís, un gran número de cargos de la coalición ha salido en tromba a aplaudir a sus compañeros de Tavernes y pedir al resto de municipios que sigan el ejemplo y acaben con la tradición de los ‘bous al carrer’.

El portavoz adjunto de Compromís, Carles Esteve, en un mensaje que ha compartido la coalición en sus perfiles oficiales, ha calificado de “maltrato animal” los ‘bous al carrer’ y ha pedido su supresión como un ejemplo de “política valiente y coherente, que haya sido una tradición no nos obliga a mantener el maltrato animal en nuestras fiestas populares. Evolucionamos”.

La también diputada Graciela Febrer tachaba la decisión de Tavernes de la Valldigna de “valentía y coherencia para evolucionar y plantear las fiestas del pueblo sin maltrato animal y evitando peligros y desgracias a las personas”, en la misma línea que muchos concejales y asesores de Compromís, que relacionan en sus comentarios los ‘bous al carrer’ con algo del pasado o arcaico e instan a “evolucionar”.

Sin embargo, la realidad les pone ante un brete. Cada año se baten en la Comunitat Valenciana récords de celebración de eventos taurinos, este año 2022 se calcula que serán unos 12.000 festejos de ‘bous al carrer’, muchos de ellos en municipios con alcaldes de Compromís, donde saben que tocar esta tradición puede suponerles enfrentarse a buen parte de su pueblo… con la consiguiente pérdida de votos. ¿Qué harán estos alcaldes, seguir el consejo de sus compañeros a riesgo de perder alcaldías?

Compromís, con la prohibición de Tavernes de Valldigna, ha aprovechado el debate sobre la seguridad en los ‘bous al carrer’ tras seis accidentes mortales este verano para poner en la diana esta tradición tan arraigada en las fiestas de muchos pueblos valencianos y pedir que se elimine, tachando a sus seguidores de “involucionados”, un argumento que desde el ecologismo de ciudad espolean pero que en muchos municipios con gran tradición de ‘bous’ no quieren ni oír hablar y que puede perjudicarles electoralmente. Y eso lo saben los alcaldes de Compromís por mucho que digan sus dirigentes para hacerse los animalistas.