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La llama del antisanchismo prende en todo el PSOE

Hay incluso diputados socialistas que, amedrentados, confiesan en privado su temor a cruzarse con la militancia en sus circunscripciones. Indultar a los sediciosos es ir demasiado lejos.

Pedro Sánchez con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona.

Pedro Sánchez con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona.

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Los acontecimientos vienen dando la razón a Pablo Casado. “La Legislatura ha entrado en una vía muerta. Pedro Sánchez ha finiquitado su mandato y lo hace abonando la cuenta”, dicen en la sede de la calle Génova.

La concesión del indulto a los líderes del procés es la prueba de una vertiginosa caída al vacío de un presidente del Gobierno calcinado, rehén del separatismo. Los guionistas de cabecera del Palacio de La Moncloa podrán darle vueltas y más vueltas al relato, pero Sánchez fue aupado al poder por la “mayoría Frankenstein” y en sus manos está el rumbo actual del país. Lamentable, claro, pero real.

Los que desean acabar con la España constitucional del 78 tienen la sartén por el mango. ¿Y ahora qué?

En lo que a la cuestión catalana se refiere, el líder del PP ha recibido un espaldarazo a sus continuos avisos. Cierto. Aunque va a costar sangre, sudor y lágrimas sacar del poder a un presidente dispuesto a pagar cualquier factura que le permita seguir a lomos de su encrucijada.

El antisanchismo creciente

Que el antisanchismo asome la cabeza y los móviles ardan con las conjuras de viejos dirigentes socialistas es sólo una consecuencia de estos tiempos aciagos para España. Y aún tiene por delante Sánchez la convocatoria de la plaza de Colón, con una parte de la sociedad considerándole simple y llanamente un traidor.

El hondo malestar social con Pedro Sánchez promete ser una ola muy visible este próximo 13 de junio. El clamor contra el presidente se antoja inequívoco. “El vaso ha rebosado. La gente está hasta el gorro”, me insisten desde el cuartel general del Partido Popular.

Cuentan algunos diputados populares que sus compañeros socialistas, amedrentados, confiesan en privado su temor a cruzarse con la militancia en sus circunscripciones.

Tanto Sánchez como Unidas Podemos quieren agotar la legislatura

En La Moncloa, mientras tanto, se escucha el silencio. Nada que comentar sobre el impacto de la enésima cesión presidencial. Pero lo que todos tienen muy claro, en el Gobierno, en el PSOE y en Unidas Podemos, es que la Legislatura ha de seguir para adelante dos años más. Necesitan tiempo. Ir ahora a las urnas sería sufrir una severa derrota.

Pero van a ser meses a merced de sus crecidos aliados y de la exigencia de los compromisos contantes y sonantes adquiridos por el líder socialista. El 1 de octubre de 2016, durante el Comité Federal en Ferraz que destituyó a Pedro Sánchez por la fuerza, sus detractores invocaron un bosquejo de pacto con ERC en el que se dibujaba a España como una federación plurinacional. ¿Fue un bulo o fue mucho más?

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